El óxido nitroso (N2O) puede contribuir en gran medida a las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del tratamiento de las aguas residuales, pero el sector del agua aún tiene mucho camino por recorrer en la aplicación de soluciones para el seguimiento, el control y la notificación de estas emisiones. ¿Qué medidas pueden tomar ahora las empresas de servicios públicos para empezar a gestionar las emisiones de N2O y qué soluciones pueden esperar en el futuro? Oliver Puckering, experto de Xylem, lo explica en este artículo.
En julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció "el derecho al agua potable y al saneamiento como un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos" (A/RES/64/292). Ocho años antes, Dinotec ya había enviado plantas potabilizadoras por ósmosis inversa, depósitos de almacenamiento y sistemas de bombeo para garantizar el abastecimiento de agua de calidad al pueblo saharaui desplazado en el desierto argelino.
Conocer la medida de los principales parámetros que existen en una red de agua no es algo nuevo. Siempre ha sido una necesidad para los operadores de agua: medición del nivel del agua, presión, caudal, medidas de calidad físico químicas… Pero para poder responder a las exigencias legislativas y el interés creciente de dar un mejor servicio al ciudadano, resulta imprescindible detectar cualquier anomalía en cualquier punto de la red, lo más cerca del posible consumidor final, tal y como explica Lacroix en este artículo.
La NTU es la abreviatura de Nephelometric Turbidity Unit (unidad nefelométrica de turbidez) y es la unidad utilizada para medir la turbidez en un fluido. La turbidez se refiere a la presencia de partículas en suspensión en el agua y está directamente relacionada con la claridad del líquido. Cuantos más sólidos en suspensión haya, más turbia o menos transparente será el agua, lo que se traduce en un aumento del valor de NTU. En este artículo, TecnoConverting explica el valor de la NTU y su relación con el agua potable.
Existe un amplio abanico de tecnologías disruptivas y emergentes que son aplicadas en el proceso de digitalización del ciclo del agua, obteniendo múltiples beneficios e impactos, desde la mejora en el conocimiento y la predicción del ciclo hidrológico, la optimización de la planificación y la gestión de los recursos hídricos, hasta el impulso de industrias enfocadas a desarrollar tecnologías y mercados estratégicos en este ámbito, entre otros aspectos. La consultoría Novadays nos acerca estas tecnologías.
Tras la pasada sequía plurianual que afectó al abastecimiento de Córdoba, este artículo formula ciertas reflexiones al respecto.