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La gestión de los fangos de una estación depuradora de aguas residuales (EDAR) repercute cada día en mayor medida en sus costes de explotación, por lo que su proceso de tratamiento puede seguir dos vías alternativas: la digestión anaerobia; y el secado con posterior valorización energética. El fango de EDAR, bien sea digerido o no, es un combustible potencial que después de su deshidratación precisa de un secado con unos tratamientos más o menos intensivos desde la óptica térmica. Para realizar el secado del fango hay un sinfín de sistemas y tecnologías que tienen una eficiencia y unos condicionantes muy dispares.
Los sistemas anaerobios de digestión de fangos pueden llegar a ser muy eficientes, en términos de generación de energía, si se cumplen varios requisitos. Desde el punto de vista energético, los fangos de EDAR solo son combustibles cuando llegan a un umbral de sequedad que se acerca a un 50%. Por tanto, para eliminar el agua es preciso llevar a cabo un secado, aunque sea de carácter parcial. El secado es la etapa más energéticamente demandante del proceso, por lo que es recomendable usar sistemas más sostenibles en el manejo de la energía como los que, por ejemplo, utilizan el sol como fuente energética. Este artículo se centra en el estudio de un sistema sostenible desde el punto de vista energético.
Puede consultar la versión impresa de este artículo en la revista Tecnoaqua, número 1, págs. 34-44.