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Aunque hoy en día ya se dispone de mucha experiencia en el tratamiento de emisiones de olor, aún, en muchas ocasiones, se instalan tecnologías de depuración por analogía sin tener en consideración que es imprescindible estudiar y caracterizar a consciencia la emisión o emisiones del caso concreto, antes de decidir qué sistema de depuración se debe aplicar. Se detalla un caso real en el que, a través de metodologías estandarizadas de modelización de escenarios y de evaluación técnico económica (CAPEX/OPEX) de diferentes tecnologías correctivas, ha sido posible plantear soluciones tecnológicas adaptadas a un cliente industrial (y no al revés) que cumplen con sus expectativas técnicas (garantías de eficacia), económicas y medioambientales.
Actualmente, existen diferentes tecnologías de desodorización de vanguardia, como la biofiltración de altas prestaciones (BAP) con soporte mixto inorgánico y orgánico o los sistemas de oxidación térmica y otras (como los sistemas de alta dispersión suplementaria, los sistemas de oxidación mediante plasma no térmico…), que permiten reducir de forma muy eficiente el impacto odorífero de una actividad sobre su entorno. Este artículo recoge la experiencia del siguiente caso real: tratamiento de las emisiones de olor de la depuradora de una industria alimentaria de fabricación de zumos.