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Aprovechando la misión astronáutica de la NASA y la llegada a Marte del Perseverance el pasado 18 de febrero, con el objetivo prioritario de buscar agua y vida (remota o actual) en el planeta rojo, Rafael Marín Galvín, jefe de Control de Calidad de la Empresa Municipal de Aguas de Córdoba (Emacsa), indaga sobre la cuestión de la procedencia del agua en la Tierra. ¿Cómo y de dónde proceden los 1.386 millones de km3 de agua que hoy alberga nuestro planeta?
Para responder a la pregunta anterior hay que apoyarse en la relación de las formas isotópicas existentes de la molécula de agua. Las últimas investigaciones fijan el foco sobre la proporción del isótopo deuterio (D) con relación al hidrógeno presente en el agua terrestre. El valor de este parámetro comparado con el valor de esta relación entre agua de diferentes orígenes (terrestres o extraterrestres) informa sobre las posibles fuentes de agua para la Tierra.
Así, una parte importante de nuestra provisión de agua tiene procedencia claramente extraterrestre (asteroides, planetoides y cometas que impactaron en un determinado momento sobre nuestro planeta). Otra porción importante se recibió como consecuencia de un evento catastrófico que supuso la formación de la Luna y un importante proceso o procesos de fusión de partes del planeta hace más de 4.000 millones de años. Además, en la formación de la Tierra desde la primitiva nebulosa germen del sistema solar, esta ya incorporó agua en sus primeros cientos de millones de años. Finalmente, y una vez desarrollada la vida planetaria, la generación de agua vía biológica también ha podido contribuir a la cantidad de agua actualmente existente, parte de la cual regresa al espacio vía descomposición ultravioleta.