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Recientemente ha tenido lugar en Glasgow (Escocia) la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 26), una reunión que pretende impulsar la acción hacia los objetivos que se establecieron en el Acuerdo de París de 2015 y la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 1994. El cambio climático ya afecta a la salud pública, la seguridad alimentaria e hídrica, la migración, la paz y la seguridad. Para hacer frente a esta situación es clave invertir en desarrollo sostenible, así se reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero y se reforzará la resiliencia al clima. Así pues, actuar contra el cambio climático y fomentar el desarrollo sostenible son dos caras de la misma moneda y uno no se logrará sin el otro.
Con el fin de avanzar en la lucha contra la crisis del clima y mejorar la sostenibilidad, en 2015 la ONU aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, que se concreta en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Estos incluyen, además del combate contra el cambio climático, otras metas como la eliminación de la pobreza, la educación, la igualdad de la mujer, la defensa del medio ambiente o el diseño de nuestras ciudades. La agenda 2030 también incluye Objetivos de Desarrollo Sostenible para el agua, dada la estrecha relación entre este recurso y la sostenibilidad.
Uno de los ODS es garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos (Objetivo 6). Aunque se ha conseguido progresar sustancialmente en el acceso a agua potable y saneamiento, existen miles de millones de personas (principalmente en áreas rurales) que aún carecen de estos servicios básicos. En todo el mundo, una de cada tres personas no tiene acceso a agua potable salubre y dos de cada cinco personas no disponen de una instalación básica destinada a lavarse las manos con agua y jabón.
Así mismo, la escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial actualmente y este porcentaje podría aumentar en el futuro. A esto se une el hecho de que más del 80% de las aguas residuales resultantes de la actividad humana se vierte en los ríos o en el mar sin ningún tratamiento, provocando su contaminación.
La pandemia del COVID-19 ha puesto de manifiesto la importancia vital del saneamiento, la higiene y un acceso adecuado a agua limpia para prevenir y contener las enfermedades. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, el lavado de manos es una de las acciones más efectivas para reducir la propagación de patógenos y prevenir infecciones, incluido el virus del COVID-19.
Otra de las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible para el agua es mejorar la calidad del recurso hídrico reduciendo la contaminación, eliminando los vertidos y minimizando la emisión de productos químicos y materiales peligrosos, con el fin de reducir a la mitad el porcentaje de aguas residuales sin tratar y aumentar su reciclado y reutilización sin poner en riesgo a la población. También se busca implementar la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles, incluso mediante la
cooperación entre países.
El agua es un recurso indispensable para nuestra supervivencia y ahora más que nunca debemos promover un uso más eficiente del mismo. Hoy en día, más de 1.700 millones de personas viven en cuencas fluviales en las que su uso supera la recarga natural, lo que implica que dos tercios de la población mundial podría vivir en países con escasez de agua para 2025. Este valioso recurso puede suponer un serio desafío para el desarrollo sostenible, pero si se gestiona de manera eficiente y equitativa tendrá un papel clave en el fortalecimiento de la resiliencia de la sociedad, la economía y el medio ambiente, frente a unos cambios rápidos e imprevisibles. También facilitará una mejor producción de alimentos y energía y contribuirá al trabajo decente y al crecimiento económico. Además, podremos preservar nuestros ecosistemas hídricos y adoptar medidas para combatir el cambio climático.
Visto el impacto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el agua, Idrica está comprometida en lograr una gestión del recurso hídrico más eficiente. A través de sus servicios y su tecnología GoAigua, optimiza los procesos de las utilities y mejora la eficiencia en la gestión de activos, el uso del agua y el consumo energético, en más de 400 ciudades a nivel internacional.