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En 2025, unos 3,5 billones de personas vivirán en zonas de escasez de agua, mientras que la demanda hídrica crecerá un 30% en 2050. Además, se estima que, en 2050, el número de personas en riesgo de inundaciones aumentará a 1,6 millones frente a los 1,2 millones actuales. Por tanto, no cabe duda que aspectos como el cambio climático o el aumento de la población impulsarán la implementación de las tecnologías. Ante esta situación, Idrica marca las seis tendencias tecnológicas en el sector del agua para 2023: anticipación y prevención, seguridad, reutilización, automatización, optimización y planificación.
Ante este horizonte, las empresas del agua apuestan por implementar soluciones tecnológicas que permitan una correcta gestión del ciclo integral del agua. Tal y como señala Idrica, algunas de las tendencias tecnológicas de este año estarán relacionadas con la anticipación y prevención, seguridad, reutilización, automatización, optimización y planificación, que servirán como respuesta a los retos actuales. Unos retos, marcados por el crecimiento demográfico, cambios en la economía y la aceleración del cambio climático. Pero, además, vendrán marcadas por el uso de la tecnología, una aliada que permite la anticipación y previsión de los fenómenos surgidos como consecuencia de este cambio del clima.
Teniendo en cuenta los efectos de este cambio climático, los sistemas de alerta temprana van a jugar un papel clave en la gestión del riesgo a través de la previsión de desbordamientos, alivios, avenidas e inundaciones. Su implementación, junto a la de soluciones de monitorización y gestión de los sistemas de saneamiento, logrará reducir sus consecuencias a partir de la integración y análisis avanzado de los datos disponibles.
Por otra parte, las cuestiones relacionadas con la seguridad, y más concretamente con la ciberseguridad, adquieren una especial relevancia en un servicio de la importancia que tiene el suministro de agua. Por ello, las gestoras seguirán apostando este año por la seguridad, tanto offline como online, para superar los retos derivados de la digitalización. La protección de las infraestructuras frente a ataques será cada vez más una prioridad, como forma de garantizar un suministro de calidad a toda la población y preservar los datos de los ciudadanos.
Otra de las tendencias que marcarán el 2023 es la reutilización del agua. Los datos actuales de consumo neto de agua potable en procesos de regadío o industriales de los países de mayor desarrollo, así como las previsiones en el crecimiento de la demanda hídrica en los próximos años, confieren al reúso del agua un protagonismo especial. De la misma forma, garantizar la salud pública, ambiental y cumplir con los requisitos de los parámetros físicos, químicos y biológicos que marquen los organismos competentes, precisa de una serie de tecnologías que, durante el 2023, y los años siguientes, van a ser cada vez más implementadas por las gestoras del agua.
Sin duda, una de las tendencias con mayor potencial para mejorar la actual situación hídrica durante el 2023, viene determinada por la preocupación por optimizar todos los procesos, lo que derivará en una mayor automatización. La integración de todos los datos en soluciones tecnológicas innovadoras, con independencia de proveedores, es el primer paso para realizar una gestión más preventiva y automática del ciclo integral. De esta forma, las gestoras podrán mejorar su operatividad y gestión, reducir costes e incrementar el valor percibido por el cliente. Esta automatización abarcará la respuesta ante eventos extremos, así como la gestión de los procesos en las ETAP, EDAR y el riego.
Pero si hablamos de gestión eficaz, debemos hablar también de optimización de la gestión del agua, una acción estratégica tan importante como necesaria, y que debe ir de la mano de la tecnología. 2023 va a ser un año de innovaciones, pero también de maduración de tecnologías en ámbitos como el agrícola, por ejemplo, o energético, un área de absoluta simbiosis con el agua. Pero también será un año en el que la velocidad de las conexiones o la inteligencia artificial van a hacer posible afrontar el desafío de la optimización desde otro prisma, impulsando un avance mayor en dichas acciones estratégicas.
En este mismo sentido, la situación hidrológica precisa un cambio estratégico. Por ello, la planificación hídrica es una herramienta con mayor protagonismo, ya que pone el foco en el aprovechamiento racional y en la correcta gestión de los recursos gracias, en parte, a la tecnología. Dicha tecnología se ha convertido en un aliado fundamental, pues permite disponer de información en tiempo real, accesible y fiable, que permite conocer y evaluar el estado de los recursos disponibles, el primer estadio que debe asegurarse cuando hablamos de planificación hídrica. El objetivo es ofrecer nuevas perspectivas y planteamientos desde el punto de vista tecnológico, a un aspecto básico en la gestión del ciclo integral del agua.
No cabe duda, por tanto, que la agenda de las empresas del agua va a estar condicionada por la tecnología, por una transformación digital que va a resultar fundamental para afrontar los retos venideros. Por ello, los gobiernos están impulsando planes y ayudas para incrementar la eficiencia hídrica y la resiliencia gracias a la transformación digital, lo que supone una gran oportunidad para que las gestoras del agua lleven a cabo proyectos de digitalización, incorporen nuevas tecnologías e impulsen la economía circular, convirtiendo la información en inteligencia de negocio.
Estas seis tendencias que recoge Idrica en su último informe ´Water Technology Trends 2023: el impacto de la innovación en el sector del agua´ van a ser algunas de las herramientas imprescindibles para garantizar la seguridad hídrica, optimizando la gestión de nuestro recurso más preciado.