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Coincidiendo con el Día Mundial de la Agricultura, Ana Romero, directora de proyectos de Consultoría de Incatema expone en este artículo cómo el desarrollo de la agricultura comercial en África es crucial para alcanzar el reto de alimentar a la población mundial en 2050.
El 9 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Agricultura, una efeméride que recuerda el papel fundamental de la agricultura como motor económico, factor de desarrollo y base de la alimentación en un mundo cada vez más afectado por eventos climáticos extremos o conflictos y con una población en aumento. Se espera que la población mundial alcance los 9.700 millones de habitantes en 2050. Según datos del Banco Mundial, para poder alimentar a esa población, la producción de alimentos debería aumentar en un 50% antes de 2050. África, con sus vastos recursos naturales y su capital humano, podría ser la manera de alcanzar esta meta.
La realidad es que el sector agrícola ha ido cobrando cada vez más fuerza en el continente, como garantía de la soberanía alimentaria, como fuente de empleo y como forma de equilibrar las balanzas comerciales de países que dependen en un alto grado de las importaciones de productos para alimentar a su población. Sin embargo, aunque más de una cuarta parte de la tierra cultivable del planeta se encuentra en el continente africano, la región sólo genera alrededor del 10% de la producción agrícola mundial. Por este motivo el potencial de crecimiento en los próximos años es enorme.
En este sentido, Incatema lleva muchos años apoyando a agricultores, a empresas de procesado, a distribuidores y a todos los actores de las cadenas de valor agrícolas, para la mejora de la productividad y la calidad de sus productos, así como para el uso de tecnología adaptada al cambio climático y técnicas sostenibles para el medio ambiente y la gestión de los recursos naturales.
El proyecto de Desarrollo de Agricultura Comercial en Angola (PDAC), con el que Incatema trabaja desde 2017, es paradigmático porque está consiguiendo una transformación del sector agrícola en Angola profesionalizándolo y haciéndolo más eficiente y con un mayor valor añadido. Además, y por primera vez, los bancos comerciales del país han comenzado a dar créditos al sector primario. Este proyecto, financiado por el Banco Mundial, tiene como objetivo apoyar a productores y productoras para la mejora de la productividad de sus cultivos y para facilitar su acceso a los mercados.
La agricultura comercial es un sector emergente en Angola, un país con una población en crecimiento que aún depende de las importaciones de alimentos y que prevé un aumento importante del gasto en alimentación en los próximos años. Una mayor producción agrícola nacional reducirá las importaciones y por tanto el gasto.
El proyecto también contribuye a la agenda de diversificación económica que el Gobierno ha puesto en marcha para reducir la dependencia de la economía angolana del petróleo. Una economía diversificada y competitiva es crucial para reducir la vulnerabilidad de los países a las variaciones del precio del petróleo, así como para crear oportunidades de nuevos empleos y generación de ingresos que ayuden a disminuir la pobreza y la desnutrición de sus poblaciones. En el caso de Angola, con una población joven en constante aumento, el sector puede ser una interesante fuente de empleo y dar a los jóvenes del medio rural la posibilidad de integrarse en una transición justa a una economía inclusiva y sostenible, mediante la creación de empleos verdes y el desarrollo de técnicas agrícolas sostenibles y resilientes.
Uno de los componentes en los que trabaja el PDAC es en la producción de semillas de calidad y en el desarrollo de nuevas variedades de maíz. Los ensayos se están llevando a cabo en varias provincias con la implicación del Programa Nacional de Investigación en Cereales (PNIC), el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (IIA) y el PDAC.
En este aspecto, Inctema realiza el apoyo técnico y financiero a empresarios y productores que están invirtiendo en la producción y distribución de semillas de calidad. El impulso para incrementar la producción y el rendimiento del cultivo de maíz es todo un reto ya que es uno de los cereales más consumidos y cultivados en todo el mundo, incluida Angola, y desempeña un papel esencial en la nutrición tanto humana como animal.
La productividad y calidad de la cosecha de maíz son elementos determinantes para la sostenibilidad económica de las explotaciones agrícolas. Por ello es fundamental utilizar una semilla de calidad que garantice unos resultados óptimos. Hasta la fecha, la baja productividad de los cultivos en Angola se ha atribuido a la falta de acceso a insumos de calidad, entre otros factores. Gracias a este proyecto se ha contribuido a mejorar la situación económica de muchas familias que viven de la agricultura, a mejorar el estado nutricional de las familias del medio rural y a revalorizar un sector fundamental para la economía y el bienestar de cualquier país.