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Ante los retos que se avecinan para el sector del agua, como por ejemplo la aplicación del nuevo RD 3/2023 de aguas de consumo humano, el reglamento de reutilización, la futura directiva de aguas residuales urbanas, las modificaciones del reglamento hidráulico, etc., el precio del agua sigue siendo barato en España en comparación con el resto de Europa. ¿Es este precio suficiente para afrontar los grandes retos del sector del agua a a corto plazo?
Asistimos a un período de gran innovación, tanto en tratamiento como en depuración y control de la calidad de las aguas. A la aprobación del RD 3/2023 sobre aguas de consumo humano, hay que sumar la entrada en vigor del Reglamento Europeo de Reutilización 2020/741 y, aún más, la modificación en ciernes de la Directiva de Aguas Residuales Urbanas (DARU). Incluso el RDL 4/2023 que pone en juego la sequía que atravesamos.
En suma, se avecinan notables y costosos cambios en la potabilización y control de las aguas de consumo, en la modificación e implantación de nuevos controles analíticos para aguas regeneradas y en la modificación y ejecución de nuevas infraestructuras para depurar aguas residuales en orden a cumplir los previsibles requerimientos de eliminación de nutrientes y de compuestos de preocupación emergente exigidos desde la Unión Europea (UE).
Pese a ello, en España el precio del agua es un 39% más bajo que en Europa y el esfuerzo económico del ciudadano español para pagar el agua frente a nuestros vecinos europeos es un 51% de la media. ¿Podrá el sector afrontar con garantías los retos que nos vienen sin aplicar la recuperación de costes que tanto predica la UE? ¿Es ya la hora de abordar seriamente el déficit estructural del sector?