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La empresa J. Huesa Water Technology ha ejecutado otro caso de éxito, en esta ocasión centrado en la depuración de las aguas residuales industriales de una compañía especializada en biotecnología que se dedica al sector agroalimentario ofreciendo alternativas y soluciones naturales.
Durante la fabricación de sus productos, el de J.Huesa genera aguas residuales que quiere depurar y reutilizar dentro de su proceso productivo, para continuar por la senda del desarrollo sostenible gracias a una política medioambiental enfocada en el vertido cero.
Una vez conocidos los requisitos técnicos del cliente, el equipo técnico de J. Huesa apostó por un tratamiento biológico mediante membranas de MBR con membranas externas y una etapa de afino final con ósmosis inversa, como solución para reutilizar el agua.
Para corroborar la idoneidad del tratamiento elegido, en una etapa inicial del proyecto, se realizó un pilotaje basado en la línea de tratamiento propuesta para verificar la validez de los datos de diseño y el comportamiento de la solución tecnológica para la naturaleza de esta agua residual.
La duración de este pilotaje se extendió durante varios meses, tratando un total de 12 lotes de diferentes tipos de alimentación, con el fin de alcanzar una mínima representatividad para un tratamiento biológico, y poder identificar criterios de diseños, así como determinar y ensayar pretratamientos y postratamientos necesarios.
Una vez realizado el pilotaje, se pudieron extraer las siguientes conclusiones:
J. Huesa ha diseñado una solución basada en los objetivos técnicos del cliente y en los objetivos generales del proyecto, que incluye una línea de depuración y reutilización de aguas, compuesta por un MBR con membranas de ultrafiltración exterior con una línea de fangos, seguida de una línea de ósmosis inversa para su reutilización dentro del proceso productivo. Cabe destacar que la planta de tratamiento de agua se ha diseñado dejando preparado todo lo necesario para poder ampliar en caso de un incremento de producción del cliente e incluso si se produjese una variabilidad en el vertido.
A la planta depuradora llegan las aguas residuales propias del proceso productivo que convergen en
un pozo de bombeo. Puesto que el agua bruta presenta un desequilibrio, la homogenización de las características, tanto en capacidad como en carga, es un factor clave para el correcto funcionamiento del diseño del tratamiento. Por eso, el agua es conducida desde el tamiz a la balsa de homogenización, que está provista de un agitador cuya función es la de mantener de forma permanente homogenizado el contenido de la balsa, con el fin de que cuando se proceda a trasvasar los vertidos al reactor biológico, el vertido tenga unas características lo más homogéneas posibles.
El vertido requiere una eliminación drástica de la carga orgánica para poder ser tratado a través de una ósmosis inversa. La alternativa más económica y eficaz es un tratamiento biológico. En este caso se ha seleccionado un tratamiento biológico con clarificación por membranas (MBR) puesto que el agua sale ultrafiltrada y por lo tanto se acopla óptimamente con un posterior tratamiento por ósmosis inversa. Dada la gran variabilidad de las naturalezas de vertidos, se ha optado por membranas de clarificación externas tipo tubular. Las membranas seleccionadas son de ultrafiltración.
En el interior del reactor también se forman una serie de lodos, que hay que ir retirando y tratando. Por eso, una de las salidas inferiores del reactor conduce a una línea de tratamiento de fangos mediante
un tornillo deshidratador. Esta operación de fangos se programa en el autómata de forma que estará en funcionamiento las horas que se programen y siempre que sea necesario (parámetros a definir por el personal de planta).
Cuando el permeado es extraído del reactor biológico mediante la unidad de ultrafiltración, es conducido a un tanque de acumulación de agua ultrafiltrada. Desde ahí el agua es bombeada, mediante una bomba centrífuga horizontal en acero inoxidable hacia la planta de ósmosis inversa, que está precedida por un filtro de carbón activo, fabricado en PRFV. Se ha instalado un sistema de limpieza química o CIP que se produce de forma semi automática cuando lo requiere el cliente en función de las exigencias de producción. El agua permeada se almacena en depósito fabricado en PRFV cerrado por la parte superior, con fondo plano desde el que nuestro cliente tomará el agua para ser incorporada en su proceso productivo.
Tanto la depuradora como la planta de ósmosis inversa están equipadas con elementos de instrumentación y control que se comunican con el autómata lógico programable, incluido en sendos cuadros de control y mando. Así mismo, los cuadros incluyen una pantalla táctil para el manejo y configuración de la planta. El equipo de Instrumentación y Control de J. Huesa ha diseñado el cuadro de control para que pueda ser integrado en el sistema SCADA del cliente. Además, incluye sistema de control remoto.