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Ángela García Gil ha obtenido el máximo galardón en la modalidad de Tesis Doctoral de la IX Edición de los Premios IIAMA por su investigación Solar water disinfection in large-volume containers for low-income countries, dirigida por los profesores de la Universidad Rey Juan Carlos, Javier Marugán Aguado y Rafael Ángel García Muñoz. En esta entrevista repasa su trabajo.
Ángela García Gil estudió el doble grado de Ingeniería Química e Ingeniería de la Energía en la Universidad Rey Juan Carlos, ya que siempre ha querido entender el funcionamiento de las cosas “por lo que una ingeniería era mi carrera”. Cursó estos estudios porque considera que la química “describe el por qué suceden muchas cosas que no se pueden explicar a simple vista”, mientras que las energías renovables “son la pieza clave para la sostenibilidad del planeta”. Posteriormente, decidió realizar el Máster de Ingeniería Química, interuniversitario entre la Universidad Rey Juan Carlos y la Universidad Autónoma de Madrid, que le sirvió de ´trampolín´ para desarrollar la Tesis Doctoral en Tecnologías Industriales en la Universidad Rey Juan Carlos.
Actualmente trabaja como científica en el Techonology Lab de Repsol, en el área de Transformación Industrial, donde aborda nuevos desarrollos que permitan cambiar, modificar y adecuar los procesos convencionales de una refinería para que sean aptos a alimentaciones de residuos, en vez de crudo petrolífero y obtener los mismos productos, pero de origen bio. Asimismo, forma parte de la red Young Water Professionals, una red en la que se comparte conocimiento, se crean contactos y se visualiza a los jóvenes del sector del agua.
En líneas generales, ¿explícanos en qué consiste la tesis doctoral galardonada?
Mi tesis trata de maximizar el potencial de la desinfección solar de agua o proceso SODIS, un tratamiento doméstico para la potabilización de agua que se puede utilizar en países de bajos ingresos. Existe un proceso SODIS estándar en el que se deben dejar botellas de PET de 1-2 L (botellas de agua mineral comunes) durante 6 horas al sol para que el agua quede desinfectada. Sin embargo, este tiempo está sobredimensionado, ya que existen numerosas variables que pueden modificar el tiempo de desinfección, por lo que en mi tesis se desarrolla la primera metodología para el modelado integral del proceso SODIS escalado, estimando con precisión el tiempo de exposición solar necesario para potabilizar el agua. Para ello, esta metodología tiene en cuenta el transporte de la radiación desde el sol hasta el patógeno, las reacciones de inactivación de diferentes patógenos, la ejecución del proceso SODIS en recipientes de alta capacidad y el empleo de materiales más adecuados que el PET para la fabricación de los recipientes.
¿Cuáles son sus principales líneas de investigación?
Esta tesis ha tratado diferentes líneas de investigación interdisciplinares, destacando el tratamiento de aguas para su potabilización, el modelado cinético, la microbiología y simulación numérica de los procesos químicos y transporte de radiación.
¿Cómo surge la idea de llevar a cabo este trabajo?
A la vez que realizaba los estudios de máster, trabajé como investigadora predoctoral en procesos de tratamiento de agua mediante energía solar, que fue el contenido principal de mi Trabajo de Fin de Máster. Durante ese periodo laboral, empecé a conocer el proyecto WaterSPOUTT, cuyo objetivo era dotar de agua potable a regiones de África mediante el desarrollo de tres tecnologías diferentes basadas en la desinfección solar de agua. El interés que este proyecto despertó en mí, hizo que realizara la tesis doctoral centrándome en una de las tecnologías del proyecto: recipientes transparentes de alta capacidad.
Tras el estudio, ¿qué conclusiones has obtenido?
En resumen, la conclusión principal de la tesis revela que las 6 horas de exposición solar recomendadas en el proceso estándar están sobreestimadas en la mayoría de casos prácticos. Casualmente, las regiones con bajos ingresos coinciden con las localizaciones con mayor radiación solar recibida, por lo que los tiempos de exposición solar requeridos pueden disminuir incluso a menos de una hora. Esto conlleva a que la producción de agua potable se multiplica por 6. Por otro lado, también se ha concluido que el proceso SODIS es posible llevarlo a cabo en recipientes de alta capacidad (20-25 L), por lo que disminuye la probabilidad de recontaminación debido al trasiego con botellas de baja capacidad (1 L). Además, se ha demostrado que existen materiales con los que fabricar los recipientes SODIS que aumentan la efectividad del proceso, es decir, se vuelve a reducir el tiempo de exposición al sol necesario y se maximiza la producción de agua potable. Por ejemplo, para recipientes portátiles se recomienda el uso de polipropileno, mientras que, para dispositivos estáticos se recomienda el uso de polimetacrilato.
¿Cuál es el posible impacto social de tu proyecto?
Esta tesis nació en el seno del proyecto europeo WaterSPOUTT, cuyo principal objetivo fue dotar de agua potable a personas sin acceso mediante el desarrollo de tecnologías sostenibles basadas en el proceso SODIS. Para el desarrollo de las tecnologías y su posterior implantación en terreno y aceptación por la comunidad, se consideraron sus costumbres y tradiciones locales. Los resultados de esta tesis no solo tienen una trascendencia científica, sino que también una repercusión social y sanitaria. A partir de la implantación de las tecnologías en Etiopía, observamos una caída en los casos de diarrea en niños menores de cinco años. Además de mejorar la salud infantil, ha tenido un impacto positivo sobre otras áreas derivadas como la mejora de la tasa de absentismo escolar.
También buscábamos que los resultados de la investigación de esta tesis enmarcados en el proyecto WaterSPOUTT fueran de utilidad para llevar el proceso SODIS a otras comunidades. En el marco del proyecto europeo PANIWATER, actualmente se están desarrollando recipientes SODIS de alta capacidad y de polipropileno (seleccionado como material óptimo en mi tesis doctoral) para su implantación en la India. Esta tesis también ha formado parte del proyecto de cooperación al desarrollo SODIS46, cuyo objetivo fue desarrollar instalaciones de suministro de agua potable en la escuela de la comunidad rural de Tsawnet en Etiopía, mejorando la salud de los niños y facilitando su desarrollo educativo.
Paralelamente al desarrollo científico, también quisimos crear conciencia en la comunidad estudiantil. Para ello, contamos con el IES Antonio Fraguas como uno de los socios, con el fin de conseguir la concienciación de su alumnado con los Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4- Educación de calidad y 6-Agua limpia y saneamiento. A raíz de este proyecto, desarrollé el escape room ´El sueño de Zenawa´, que abarca tanto conocimientos de carácter social (derecho humano al agua, ODS) como de carácter científico (qué son los AVAD, mujeres históricas científicas e imágenes del tratamiento SODIS).
¿Cómo reaccionas cuando te enteras que has obtenido el máximo galardón de los premios IIAMA en la categoría de tesis doctoral?
Al principio me sentí sorprendida pero muy afortunada. Una vez que digerí la noticia, el sentimiento fue de agradecimiento por poner en valor el trabajo realizado durante casi cuatro años y tranquila y en paz conmigo misma, sentí que alguien me daba una palmadita en la espalda y me decía: bien hecho, Ángela.
¿Qué opinas acerca del futuro de la I+D+i en España?
Tras la pandemia del COVID, el porcentaje de PIB destinado a la I+D+i en España dio un salto del 1,25% al 1,43%. Esto, junto con el objetivo de destinar el 2,12% del PIB a la I+D+i para 2027 (alcanzando la media europea) establecía un marco esperanzador para la investigación y desarrollo en España. Sin embargo, la importancia del desarrollo de la vacuna en tiempo récord se esfumó con las mascarillas, ya que a día de hoy España es la 14ª economía del mundo por PIB (la 4ª de la UE), pero su inversión en I+D sobre PIB está a la cola de la OCDE, de la UE y de la Europa Mediterránea. España sí crea conocimiento, el problema es que no es capaz de retenerlo. Contamos con prestigiosas universidades y potentes centros de investigación que generan investigadores de muy alto nivel. Sin embargo, las oportunidades y buenas condiciones de empleo vienen de la mano de la inversión, por lo que los mejores terminan marchando a los lugares donde más se invierte y el rol de España es de exportador de conocimiento. Este planteamiento va en detrimento de la prosperidad: invertimos dinero en formar personas, pero no podemos sacar rentabilidad de su formación.