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Las plantas termosolares de aceite térmico representan una tecnología avanzada en el aprovechamiento de la energía solar. Utilizando un fluido de transferencia de calor, como el aceite térmico, estas plantas capturan y transfieren la energía solar para la generación de electricidad. Dentro de esta tecnología, los sistemas de filtración de agua juegan un papel crucial, garantizando la eficiencia y longevidad de los componentes clave. Así lo explica Lama Sistemas de Filtrado.
Las plantas termosolares de aceite térmico se dividen principalmente en dos tipos:
Plantas de colectores cilindro-parabólicos
En este tipo de planta, se utilizan espejos con forma parabólica (curvos) que reflejan y concentran la radiación solar hacia un tubo receptor que se encuentra en el punto focal de los espejos. Por dentro de este tubo receptor circula un fluido de transferencia de calor, que en este caso es el aceite térmico.
La radiación solar concentrada calienta el aceite térmico a temperaturas que pueden alcanzar hasta 400 grados centígrados. El aceite térmico caliente es transportado a un intercambiador de calor donde transfiere su energía al agua, convirtiéndola en vapor. El vapor generado impulsa una turbina, la cual está conectada a un generador eléctrico. Al hacer girar la turbina, se produce la electricidad.
Plantas de torre solar
En este tipo de planta, se utilizan espejos planos llamados heliostatos que siguen el movimiento del sol. Estos heliostatos concentran la luz solar en un receptor situado en una torre central. Aunque el principio de utilizar el calor solar para generar electricidad es similar, en este caso, la concentración de energía es en un solo punto elevado, y no en una serie de tubos receptores como en los colectores cilindro-parabólicos.
La eficiencia de estas plantas depende en gran medida de la calidad del agua utilizada en el proceso. El agua de alimentación debe estar libre de sales y otras impurezas que puedan dañar los intercambiadores de calor y las turbinas. Para lograr esto, se requiere un tratamiento exhaustivo del agua, que incluye descalcificación, filtración de lecho con elementos filtrantes como silícea y antracita, microfiltración y, finalmente, ósmosis inversa.
Dentro del proceso de tratamiento del agua, la microfiltración se posiciona como un paso intermedio crítico entre la filtración de arena y las membranas de ósmosis inversa. La filtración de arena reduce la turbidez del agua, eliminando partículas grandes, pero no es suficiente para proteger las membranas de ósmosis inversa. Aquí es donde entra en juego la microfiltración, reteniendo partículas mayores de 5 micras que podrían haber pasado por la filtración de arena.
En este contexto, Lama Sistemas de Filtrado ha instalado su innovador portacartuchos de microfiltración de PVC en una planta termosolar de aceite térmico por espejos parabólicos. Esta planta, que utiliza este elemento para la transferencia de calor, se beneficia enormemente de la eficiencia y fiabilidad del sistema de microfiltración. Los 12 cartuchos de polipropileno bobinado con un grado de filtración de 5 micras garantizan que las partículas potencialmente dañinas sean retenidas, protegiendo así los componentes críticos de la planta.
El innovador portacartuchos de microfiltración de PVC, garantiza una filtración precisa y eficiente, protegiendo las membranas de ósmosis inversa y asegurando la producción de agua osmotizada de alta calidad.
La incorporación de tecnologías avanzadas en la filtración de agua, como la microfiltración, es esencial para el funcionamiento óptimo y eficiente de las plantas termosolares de aceite térmico. Desde el departamento de I+D+i de Lama, están comprometidos a seguir innovando y proporcionando soluciones que contribuyan al desarrollo sostenible y la producción de energía 100% renovable. Con un enfoque en la innovación y la calidad, la microfiltración es un producto que optimiza procesos industriales y contribuyen al uso responsable de los recursos naturales.