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España es un país donde las variaciones climáticas son pronunciadas, con veranos cada vez más secos y largos, y las precipitaciones cada vez más irregulares. En los meses de verano, por ejemplo, la demanda de agua se incrementa notablemente, especialmente en zonas turísticas y agrícolas. Esta fluctuación puede generar un estrés hídrico que, si no se maneja adecuadamente, puede llevar a situaciones de crisis. Para el control de los activos hídricos es fundamental contar con tecnologías disruptivas como los Sistemas de Información Geográfica (GIS), tal y como explica Esri.
A principios de septiembre, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) anunció que la reserva hídrica se encuentra al 49,5% de su capacidad, una cifra que refleja la urgente necesidad de una gestión más eficiente y sostenible de este recurso invaluable. Con Cataluña al 30,9% de su capacidad y Andalucía con varias cuencas por debajo del 35%, es evidente que se requieren acciones inmediatas y efectivas. Y en este contexto, es esencial que la gestión del agua no solo se base en datos históricos, sino que también se incorporen sistemas de predicción y de modelado avanzado para responder adecuadamente a estas variaciones.
Un conocimiento profundo de todos los elementos que componen las infraestructuras hidráulicas y su funcionamiento, permite aprovechar al máximo la gestión de los recursos. En este sentido, la incorporación de tecnologías disruptivas como los Sistemas de Información Geográfica (GIS, por sus siglas en inglés) es clave. Estas soluciones permiten mantener un control en tiempo real sobre todos los activos hídricos, facilitando la comprensión transversal de procesos, personas y datos para una toma de decisiones informadas.
La tecnología GIS ofrece una visualización sencilla de los sistemas y facilita la identificación de averías, mejorando significativamente la gestión de este recurso finito. Además, permite diseñar escenarios realistas en 3D de puntos clave, recopilar datos en tiempo real y visualizar su evolución, facilitando estudiar el impacto de diferentes variables sobre las redes de abastecimiento, saneamiento y pluviales. Esta capacidad de análisis y predicción de posibles escenarios es fundamental para trazar estrategias eficaces que se adapten a las fluctuaciones estacionales en la disponibilidad y demanda de agua.
Varias empresas españolas apuestan ya por la tecnología GIS con resultados notables. Gestagua, por ejemplo, ha implementado su proyecto GEA, que ha mejorado significativamente la transparencia y eficiencia en la gestión de redes, facilitando el libre acceso a la información. Por su parte, el Canal de Isabel II cuenta con un Sistema GIS que abarca desde la planificación y diseño de la red hasta la gestión de averías y atención al cliente, adaptándose a las necesidades cambiantes a lo largo del año. Emaya, Emacsa y Aguas de Barcelona también han incorporado soluciones GIS, de la mano de Esri España, Nexus Geographics, Eptisa y Tracasa.
Estos casos de éxito demuestran que la tecnología GIS no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también contribuye a una gestión más sostenible del agua.
A pesar de los desafíos actuales, el futuro de la gestión del agua en España luce prometedor. La combinación de tecnologías avanzadas, prácticas sostenibles y una creciente concienciación sobre la importancia del agua, están sentando las bases para un manejo más responsable. La gestión integral del agua, apoyada en soluciones como los GIS, no solo permite adaptarse a los cambios estacionales y a la evolución del sector, sino también anticiparse a futuros desafíos.
Sobre esto y mucho más relacionado con la gestión eficiente del ciclo integral del agua se estará hablando en la Conferencia Esri 2024, la cual tendrá lugar el 16 y 17 de octubre en IFEMA, Madrid, donde se reunirán las empresas líderes y referentes en el sector.