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A partir de datos internos y técnicas big data, CaixaBank Research ha analizado el consumo de agua de los hogares catalanes entre 2021 y 2024 para saber cómo se han amoldado tras la declaración de sequía.
La situación hidrológica en Cataluña se mantiene en estado de alerta a causa de la sequía persistente que afecta a las provincias de Barcelona, Girona y parte de Tarragona. La situación hidrográfica en esta área de Cataluña, que corresponde a las cuencas internas abastecidas principalmente por las aguas de los ríos Ter y Llobregat, contrasta con la del territorio abastecido por el río Ebro. La situación de estrés hídrico empezó en 2021 y alcanzó su punto crítico en 2023, cuando la mayoría de los municipios de las cuencas internas se declararon en estado de excepcionalidad por sequía. Este estado se activa cuando el nivel de reservas de agua desciende por debajo del 25%, indicando un estrés hídrico severo.
En este artículo, se analiza hasta qué punto los hogares catalanes tomaron medidas para enfrentar la escasez de agua tras la declaración de sequía en sus correspondientes municipios entre 2021 y 2024. Utilizando datos detallados de recibos de agua domiciliados, se observa en general que los hogares catalanes redujeron su gasto de agua en respuesta a la sequía. La reducción del gasto en agua, además, varió en función del nivel de emergencia hídrica y se mantuvo a lo largo del tiempo.
El recibo de agua mediano se sitúa alrededor de 48 euros en las cuencas internas y de 40 euros en las cuencas del Ebro (es decir, la mitad de los hogares pagan facturas inferiores y la otra mitad, superiores). Sin embargo, el gasto de agua es muy heterogéneo y hay otros factores que afectan al gasto en agua más allá del estado de sequía, como, por ejemplo, la estructura del hogar o los precios del agua. Para analizar si los hogares cambiaron su gasto en función del estado hidrográfico en cada momento, es necesario tenerlos en cuenta. Para ello, se estimó un modelo econométrico que incluye estos factores, así como el estado hidrográfico en cada momento.
De los resultados se desprende que una mayor gravedad en el estado de emergencia en las cuencas internas está asociada con una reducción del gasto de agua de entre un 1,5% y un 4%, una vez controlado por los precios en cada momento. Estos resultados coinciden con otros estudios, que estimaron el impacto en el área metropolitana de Barcelona de otro episodio de sequía (2004-2012), y muestran que los hogares redujeron su consumo al aumentar el nivel de estrés hídrico.
En conclusión, el uso de datos innovadores que combinan información del gasto de agua con el estado hidrográfico permiten constatar cómo los hogares catalanes han reducido de manera significativa el consumo de agua durante el episodio de sequía actual.
Informe completo en: CaixaBank Research.