MAYOR PROTECCIÓN PARA LAS AGUAS DESTINADAS AL CONSUMO HUMANO

Siendo, como es habitual, un verano poco prolífero en noticias del sector agua, y más cuando la actualidad ha estado marcada por los Juegos Olímpicos de Río 2016 (vaya por delante nuestra felicitación a todos los deportistas españoles participantes, medallistas o no), la probabilidad de crear el nuevo Gobierno (un espectáculo mayor que el vivido en Brasil) y otras menos agradables como los habituales incendios de nuestros bosques y los atentados a nivel internacional, aparece entre las noticias una de poco calado mediático pero de vital importancia para nuestra industria: la publicación del Real Decreto 314/2016, de 29 de julio, por el que se transpone la directiva europea que establece los requisitos para la protección sanitaria de la población con respecto a las sustancias radioactivas presentes en las aguas destinadas al consumo humano, tanto el agua suministrada por el grifo como el agua embotellada.

Estas disposiciones sobre radiactividad constituyen normas básicas para la protección sanitaria de la población contra los peligros que resulten de las radiaciones ionizantes. Ello incluye un mayor control sobre sustancias como el radón y el tritio. La norma tiene implicación directa para los gestores de abastecimiento, los laboratorios de muestras de agua y las autoridades sanitarias.