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Un estudio del Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA), publicado en la revista internacional Water Research, revela que las aguas residuales hospitalarias con mayores porcentajes de antibióticos, y habitualmente tratadas junto con las aguas residuales urbanas en las estaciones de depuraciones, solo consiguen depurarse en un 70%, antes de ser vertidas al río. Se trata del primer estudio, a nivel estatal y uno de los primeros a nivel internacional, que contempla el problema de la eliminación conjunta tanto de antibióticos como de genes de resistencia en depuradoras urbanas.
Una gran cantidad de antibióticos son consumidos habitualmente en las instalaciones hospitalarias. Una vez administrados a los pacientes, estos compuestos son en parte excretados a través de las heces y orina, que forman parte de las aguas residuales de los hospitales. Estas son habitualmente tratadas, junto con las aguas residuales urbanas, en las estaciones de depuraciones de aguas residuales (EDAR). Aunque una gran parte de los antibióticos presentes en el agua son eliminados en estos tratamientos, un gran número de ellos siguen presentes en las aguas de salida de la depuradora, que se vierten directamente en los ríos, con lo cual suponen un punto de contaminación de estos contaminantes en el medio acuático natural.
La revista Water Research acaba de publicar un estudio del ICRA, en el que se ha investigado, durante 3 meses, la presencia de varios antibióticos pertenecientes a familias, como las penicilinas, sulfonamidas, tetraciclinas, fluoroquinolonas, entre otros, en las aguas residuales de un hospital, a la entrada y a la salida de la depuradora, así como en las aguas del río, donde se vierten las aguas residuales una vez tratadas (Figura 1). Según Sara Rodríguez, investigadora del ICRA y autora principal del artículo, "el estudio muestra que los antibióticos se encontraron en mayor concentración en las aguas residuales hospitalarias y que, aunque se observó una reducción drástica en su concentración después del tratamiento en la depuradora con un promedio del 70% de eliminación, estos todavía estaban presentes en las aguas residuales de salida". Los resultados coinciden con los de eliminación observados en otros estudios del ICRA, así como en otros estudios a nivel internacional (Figura 2).
En el mismo estudio, se evaluó la presencia no solo de antibióticos, sino de los llamados ´genes de resistencia a antibióticos´, que se relacionan con la presencia de microorganismos resistentes a los efectos de estos fármacos y que han despertado preocupación en los últimos tiempos. De acuerdo con la OMS, la resistencia a los antibióticos es un problema global para la salud humana, en el cual intervienen distintos factores interconectados, y en el cual el agua juega un papel clave. "En nuestro estudio -explica Sara Rodríguez- la concentración de resistencias a antibióticos en el agua de hospitales no fue significativamente diferente a las concentraciones encontradas en aguas residuales urbanas. Al igual que en el caso de los antibióticos, aunque la depuradora eliminaba una parte de estas resistencias, estas seguían presentes en el agua residual tratada que son descargadas en el río". Tanto en el caso de los antibióticos como en el caso de los genes de resistencia, "se observó cómo su presencia aumentaba considerablemente en el río tras el vertido de la depuradora, de modo que se confirma que las depuradoras urbanas contribuyen a la contaminación del medio acuático por estos compuestos".
Se trata del primer estudio a nivel estatal que contempla el problema de la eliminación conjunta tanto de antibióticos como de genes de resistencia en depuradoras urbanas, y es uno de los primeros a nivel internacional, ya que la información al respecto es todavía muy escasa. El estudio concluye que los vertidos de las plantas de tratamiento de aguas urbanas son una fuente importante de residuos de antibióticos, de bacterias resistentes a los antibióticos y de genes de resistencia a los antibióticos. Por lo tanto, dichas plantas de tratamiento son puntos cruciales de control de este tipo de contaminación en el medio ambiente. El desarrollo e implementación de nuevos tratamientos de agua residual, capaces de eliminar más eficientemente estos contaminantes, permitirá reducir enormemente la contaminación desde fuentes de contaminación urbanas, que son uno de los focos de contaminación principal en el medio ambiente.