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Aqualia se ha convertido en el primer operador que calcula de forma global, para toda la organización y en la totalidad de actividades desarrolladas por la compañía, su huella de carbono. Así lo acredita la Oficina Española de Cambio Climático del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), en cuyo registro está inscrita la compañía con fecha 9 de julio. El trabajo se ha desarrollado con gran rapidez, en un plazo de algo menos de 3 meses, gracias a que para los cálculos se ha empleado la metodología y sistemática utilizada en anteriores proyectos.
De esta manera, Aqualia no solo contribuye al desarrollo sostenible, sino que aporta un valor añadido a los municipios en los que presta su servicio al desarrollar sus actividades con el mínimo impacto ambiental y la máxima eficiencia energética, creando entornos más seguros y controlados.
Este hito, alcanzado gracias al trabajo desarrollado por el Departamento de Responsabilidad Corporativa y Sistemas de Gestión, con los datos recopilados por el Departamento Técnico, supone un paso más en el proceso iniciado en 2012, cuando la compañía calculó y verificó la huella de carbono de un servicio integral del agua, concretamente el de la ciudad de Lleida.
En 2014 Aqualia dio un paso más al calcular la huella de carbono de la actividad relacionada con la construcción de plantas de tratamiento, depuración y desalación de aguas y sus instalaciones anejas, desarrollada por aqualia infraestructuras. Este trabajo se completa con su inscripción en el Registro de Huella de Carbono del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
La iniciativa se enmarca en la estrategia de FCC por desarrollar nuevas áreas que aporten soluciones al cambio climático. Por su parte, Aqualia tiene como meta la mejora continua, a través de un sistema de gestión integrado que incluye tanto la gestión de la calidad de los procesos, productos y servicios, como la gestión ambiental y el compromiso de mantener informados a sus grupos de interés.