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Aqualia se ha adjudicado el contrato para operar la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Burgos. El pliego de condiciones exigía la entrega de una oferta técnica muy avanzada e innovadora, acorde con una propuesta económica sostenible y coherente, y precisamente esta ha
sido la gran baza de Aqualia. La entidad licitadora, Aguas de Burgos, en su proceso de evaluación ha desestimado otras dos ofertas económicas.
Aqualia gestionará una EDAR diseñada para tratar un caudal medio diario de 156.000 metros cúbicos, lo que implica gestionar las aguas residuales de más de 1.000.000 de habitantes equivalentes. La nueva planta asegura la depuración de todos los vertidos de la ciudad de Burgos y su alfoz, produciendo efluentes con una calidad suficiente para su posterior reutilización y con una mínima incidencia en el río Arlanzón, al que vierte la depuradora. El contrato tiene una duración de cuatro años, prorrogables por otros dos, y una cartera (valor) global de casi trece millones de euros.
La EDAR de Burgos dispone de novedosas tecnologías de depuración como son el tratamiento del exceso de caudal en tiempo de lluvia, que también podrá funcionar en tiempo seco como tratamiento terciario, el cual consta de tres líneas de tratamiento físico-químico, decantación lamelar, ozonización, filtración y desinfección para la reutilización como agua de servicios. Además, se incorpora al tratamiento de fangos un proceso de hidrólisis térmica de los fangos previa a la digestión anaerobia de los mismos, y un tratamiento eliminación de nitrógeno en los escurridos que permitirá optimizar la calidad de agua tratada. Con esta, Aqualia gestiona 48 infraestructuras de depuración en Castilla y León.