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La calidad del agua potable incide directamente en la salud y el bienestar de la sociedad, por lo que una eficiente prevención de los posibles riesgos que podrían perjudicarla es una prioridad a nivel mundial. Con esta finalidad, en 2004 la Organización Mundial de la Salud (OMS) introdujo en las directrices sobre calidad del agua potable los Planes Sanitarios del Agua (PSA o Water Safety Plans), un planteamiento integral de evaluación de los riesgos que abarca todas las etapas del sistema de abastecimiento, desde la captación hasta su distribución al consumidor. Una cincuentena de expertos en calidad del agua y en salud pública se reunieron el pasado martes en Barcelona, en un evento organizado por Aigües de Barcelona, Suez y el Centro Tecnológico del Agua Cetaqua para hacer balance de su experiencia en la implementación de PSA en el contexto europeo, y para plantear una hoja de ruta y buenas prácticas en el futuro.
En el año 2009, Aigües de Barcelona fue la primera empresa en España que implantó la norma de seguridad alimentaria ISO 22000 para agua potable, el medio actual para certificar un sistema de gestión de riesgo basado en los PSA. Durante los últimos tres años, la compañía ha participado en un proyecto de I+D+i junto con el centro tecnológico de Suez en París (CIRSEE) y Cetaqua, en colaboración con la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (UNC) para evaluar el impacto positivo de los PSA en la calidad del agua y en la salud del consumidor, así como analizar los beneficios que aporta su implementación y los costes asociados.
Con el objetivo de compartir los resultados obtenidos en este proyecto, el pasado 9 de enero se celebró en la sede de Cetaqua, Barcelona, la jornada Water Safety Planning: Measuring gains and implementing effective practices (Planes Sanitarios del Agua: evaluación de beneficios e implementación de buenas prácticas). El evento reunió a más de 45 expertos en la materia, entre los que se encontraban académicos, representantes de autoridades de salud pública, operadores y gestores de agua e investigadores, entre otros. Contó con la participación de Jamie Bartram, director del Instituto del Agua en la UNC y de la Escuela Gillings de Salud Pública Mundial en la misma universidad, experto mundial en agua y salud pública, quien además promovió en la OMS la introducción de los PSA. El profesor Bartram señaló que "los PSA surgieron como una respuesta a la necesidad de un enfoque diferente, un planteamiento que no solo se basa en la realización de análisis del agua sino que también integra una sistemática prevención de los riesgos".
Durante el debate abierto que siguió a la presentación de los resultados de la implementación de PSA, los participantes concordaron en que la colaboración entre las autoridades de salud pública, las empresas de suministro de agua y los gobiernos locales es esencial para una implementación efectiva de los PSA. Del mismo modo, coincidieron en que es necesario mantener un equilibrio entre las condiciones sanitarias del agua suministrada y su aceptación social, por ejemplo en lo referente a los aspectos organolépticos. Jordi Martin y Miquel Paraira, de Aigües de Barcelona, desde su experiencia en el Área Metropolitana de Barcelona, mostraron ejemplos de los beneficios alcanzados mediante la implantación de estos sistemas y destacaron como principal reto actual "la extensión de los principios de gestión preventiva del riesgo sanitario a las aguas regeneradas mediante los Sanitation Safety Plans (Planes de Seguridad del Saneamiento) y la necesidad de integrarlos correctamente con los PSA".
En términos generales, según Bartram, "nos encontramos en un momento de cambio en la gestión de la seguridad del agua y en los sistemas de vigilancia sanitaria en el contexto europeo que ofrecen un clima favorable para implantar PSA".