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Como parte de la apuesta del Consorcio de Aguas de Asturias (Cadasa) por fomentar programas de investigación, desarrollo e innovación en sus plantas, en la estación depuradora de Grado se está llevando a cabo un estudio experimental de depuración de aguas residuales con microalgas. Aqualia, la empresa gestora, lleva a cabo estas actividades dentro del proyecto Life Biosol, financiado con fondos europeos.
La depuración con tecnologías convencionales necesita de grandes cantidades de oxígeno para alimentar los microorganismos encargados de llevarla a cabo, siendo el consumo energético de los equipos necesarios para ello uno de los más importantes en una planta depuradora. La depuración con microalgas, sin embargo, tiene como principal ventaja que el aporte de oxígeno necesario para el proceso de depuración es generado por las mismas, mediante fotosíntesis. Además las microalgas fijan nutrientes y, por lo tanto, permiten depurar incluso cuando el efluente de la EDAR vierte en zona sensible. De esta manera, esta tecnología se presenta como una alternativa más ecológica, al producirse un considerable ahorro energético durante el proceso.
Aqualia ha estudiado ampliamente esta tecnología dentro de otros proyectos de I+D+i, principalmente en la provincia de Cádiz. Con el proyecto de Grado se pretende comprobar si esta tecnología es también viable en zonas con condiciones climatológicas menos favorables que las del sur de España, al depender el crecimiento de microalgas de la radiación solar.
Así, desde hace más de un año se están operando en continuo dos reactores piloto de microalgas de 1.000 litros de capacidad cada uno en la depuradora de Grado. Durante este tiempo, se ha estudiado la eficacia de depuración bajo diferentes condiciones operativas con las condiciones climáticas de Asturias. Los resultados obtenidos hasta el momento son buenos en todas las estaciones del año, generándose un agua tratada de buena calidad, con consumos energéticos muy bajos. Por las características del diseño de este tipo de reactores, su superficie de implantación es superior a la necesaria para los reactores convencionales, siendo menor su capacidad de tratamiento. Así, de confirmarse la viabilidad de esta tecnología en Asturias, se postularía como una alternativa sencilla y económica para la depuración en pequeños municipios.
Los próximos pasos del proyecto se centrarán en la puesta en marcha de una etapa de separación de las microalgas, estudiando su posible aprovechamiento, al tratarse de compuestos fácilmente valorizables, bien para generar energía, biofertilizantes, etc. La depuración basada en microalgas acerca el tratamiento de aguas residuales a la economía circular puesto que se minimiza el consumo energético en el proceso, se obtiene un consorcio microalgas-bacterias fácilmente valorizable y se produce un agua tratada de alta calidad apta para reúso.