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Aigües de Barcelona y Cetaqua Barcelona se han sumado a la iniciativa ´Por una economía circular y competitiva´, un espacio de debate y encuentro entre los diferentes actores implicados en la gestión territorial. En él se ha presentadoel proyecto ´Economía Circular Gavà´, surgido del convenio de colaboración entre ambas entidades con el Ayuntamiento de Gavà (Barcelona). Este proyecto propone soluciones de economía circular, basándose en la valorización de residuos, la autosuficiencia energética y el uso urbano de aguas regeneradas y tejer sinergias con los actores locales para avanzar hacia la gestión circular de las ciudades.
El proyecto ´Economía Circular Gavà´ ha permitido a las tres entidades (Cetaqua. Aigües de Barcelona y Ayuntamiento de Gavà) aplicar el concepto economía circular a nivel territorial, identificando las sinergias potenciales entre actores territoriales a través del análisis de flujos de agua, energía y residuos que permitan transformar el modelo lineal actual en un modelo de economía circular. Para ello fue clave la interacción entre distintos actores territoriales, desde servicios municipales a polígonos industriales, parques agrarios y parques naturales.
A raíz de ´Economía Circular Gavà´ se han identificado 10 oportunidades circulares a nivel municipal, y dos a nivel de empresas individuales. A destacar, la puesta en marcha de un gestor energético compartido para las empresas, el uso de agua regenerada para usos municipales e industriales, la creación de un panel de expertos residuo-recursos y la revisión de las ordenanzas municipales desde la perspectiva de la economía circular. Más allá de identificar las oportunidades, también se cuantificaron los impactos ambientales, económicos y sociales de estas oportunidades en la medida de lo posible y se definió un plan de acción para la implementación de cada una de las oportunidades circulares.
¿Cómo puede una ciudad convertirse en circular? ¿Qué actores territoriales son imprescindibles? ¿Qué cambios o sinergias es necesario implementar? Ante todo, la economía circular -entendida como un modelo de gestión del territorio- significa superar la visión compartimentada que actualmente prevalece con respecto a los flujos separados de agua, de energía y de residuos, para adoptar una visión de conjunto. Solamente así es posible detectar sinergias entre diferentes sectores y servicios existentes, cuya simbiosis realmente marcaría la diferencia en cuanto a un uso más eficiente de los recursos disponibles y, por lo tanto, para un futuro más sostenible.
Así pues, se trata de un esfuerzo multisectorial y pluridisciplinar que -como se demostró en la jornada celebrada en Gavà- ya hay municipios que están dispuestos a hacer. En el citado municipio, cuya alcaldesa Raquel Sánchez es participante activa y vicepresidenta de la Red Española de Ciudades por el Clima (RECC), se han dado las condiciones necesarias para hacer posible el inicio de esta transición ineludible de las ciudades hacia la circularidad. Por un lado, el Ayuntamiento de Gavà ha mostrado interés en el desarrollo de proyectos en torno a la economía circular y la simbiosis industrial de su tejido empresarial. Por su parte, Aigües de Barcelona ya había adoptado una línea de estrategia en Economía Circular en su Plan de Acción Aguas 2020, llevando a cabo iniciativas concretas en el ciclo integral y urbano del agua. Finalmente, desde Cetaqua, investigadores de diferentes áreas de expertise buscan soluciones tecnológicas y estratégicas para promover el modelo de economía circular y aplicarlo al territorio, una línea de trabajo que ha cobrado especial relevancia en los últimos años de actividad del centro tecnológico.
Contrariamente a lo que podría deducirse de su nombre, el centro tecnológico del agua se ocupa del ciclo de los residuos y del de la energía tanto como del del agua, porque lo cierto es que actualmente ya no pueden entenderse por separado. La labor investigadora de Cetaqua se ha centrado en aumentar la sostenibilidad de la gestión de todos los recursos hídricos disponibles. Desde las líneas de investigación en la vía de mejora de la calidad de las aguas residuales para hacer posible su reutilización en diferentes usos urbanos e industriales, hasta los estudios de viabilidad de la innovación aplicada a reconvertir los lodos de depuradora (residuos) en fertilizantes o incluso en nuevas formas de energía (biogás y biometano). Pero, además, se ha llegado a la búsqueda de la aplicación de modelos de gestión que integran esas soluciones tecnológicas con servicios que dependen de otros actores del territorio.