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La utilización masiva de toallitas húmedas en los hogares de Puente Genil está provocando que la acumulación de fibras y tejidos en las tuberías de saneamiento causen averías por atascos, bloqueos, roturas internas por calentamientos, etc. en las tuberías y en los equipos de bombeo encargados de impulsar el agua residual hacia la planta depuradora. Aqualia calcula un coste aproximado de 76.000 euros empleado en su eliminación y en reparaciones de averías que provocan estos productos.
Arrojar toallitas al inodoro resulta totalmente contraproducente, ya que no se descomponen en contacto con el agua como la celulosa de la que está hecho el papel higiénico. Estos tejidos se van acumulando con más residuos de la red como compresas, preservativos o bastoncillos de oído, también arrojados incorrectamente al váter, aumentando su tamaño hasta el punto de provocar atascos en las conducciones de alcantarillado y, en caso de llegar a las estaciones de impulsión, el bloqueo de las bombas, ya que no pueden aspirar. Esto multiplica las retenciones de las redes, malos olores y salideros de aguas fecales a la vía pública originando serios problemas a los vecinos.
Los propios fabricantes de bombas de aguas residuales reconocen esta problemática y luchan contra ella incorporando nuevos sistemas antiatasco, que en la mayoría de los casos no son suficientes. Todo ello provoca importantes costes de mantenimiento de las infraestructuras del Servicio Municipal de Aguas de Puente Genil, donde Aqualia calcula un coste aproximado de 76.000 euros empleado en su eliminación y en reparaciones de averías que provocan. Inversión que, de no dedicarse a solucionar este problema, se podría dirigir a mejoras técnicas de la red que redundarían en una reducción de roturas y cortes de suministro.
Este es un problema a nivel internacional. En nuestro país, la Asociación Española de Abastecimiento de Aguas (AEAS) estima que las toallitas que se tiran al inodoro incrementan entre 4 y 6 euros por persona y año los costes de mantenimiento, tratamiento y depuración de las aguas residuales. En Europa, la asociación homóloga (EurEau) indica que el gasto que generan las
toallitas es de entre 500 y 1.000 millones de euros al año.
Por ello, Aqualia pide la colaboración ciudadana para evitar este tipo de problemas. Con el simple gesto de tirar estas toallitas o cualquier otro residuo a la papelera, se mejoraría sensiblemente la problemática descrita y redundaría en el buen funcionamiento de las infraestructuras hidráulicas de la ciudad así como de las propias instalaciones particulares de los vecinos. La empresa recuerda que una conducta responsable en el uso del agua debe ir encaminada no solo a un consumo racional del recurso, sino a la correcta devolución del mismo a su entorno natural con todas las garantías de sostenibilidad.