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Facsa lidera el proyecto Cemink, una iniciativa que busca aprovechar las posibilidades de la impresión digital de tinta para aplicar capas selectivas sobre soporte cerámico y así obtener membranas cerámicas de microfiltración y ultrafiltración destinadas a plantas de tratamiento de aguas residuales.
En los últimos años la necesidad de reutilizar el agua se ha visto acusada como consecuencia del cambio climático y el aumento del estrés hídrico, principalmente en el área mediterránea. Un hecho que unido a la escasez general de agua ha promovido un gran interés por las tecnologías de membrana, capaces de obtener agua depurada de elevada calidad que puede ser reutilizada en sectores como el agrícola o el industrial. En este contexto, Facsa, el Instituto Universitario de Tecnología Cerámica de la Universitat Jaume I de Castellón (ITC-UJI) y el grupo de investigación Prometeo del Instituto de Seguridad Industrial Radiofísica y Medioambiental de la Universitat Politècnica de València han puesto en marcha el proyecto Cemink.
Este proyecto, concedido por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y los fondos Feder, tiene como objeto concebir, desarrollar y validar una tecnología de fabricación de membranas cerámicas de bajo coste de microfiltración y ultrafiltración, así como eventualmente membranas con requerimientos especiales (antibiofouling, catalíticas, conductoras…), mediante la combinación de materiales cerámicos de bajo coste y la aplicación de la tecnología de impresión digital de tinta (inkjet).
Aunque el proyecto plantea validar las membranas en procesos típicos de depuración de aguas residuales -lo que le asegura un amplio mercado inicial en un país con zonas estructuralmente deficitarias de agua-, esta tecnología de fabricación podría aplicarse a membranas destinadas a otros sectores industriales (bebidas, alimentario, químico, etc.), lo cual amplía notablemente su impacto potencial.