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Un nuevo estudio liderado por el CEAB-CSIC encuentra una potencial solución sostenible, sencilla y de aplicación inmediata. Con este método se podría eliminar el 40% de los nitratos que se escapa de las depuradoras, y todo indica que el porcentaje podría llegar a doblarse. Según ese trabajo, verter los restos de poda o los residuos del proceso de elaboración de la cerveza en el agua permite eliminar los nitratos de las aguas de ríos y mares.
En un contexto de cambio climático y de escasez de agua, los ríos mediterráneos no son capaces de diluir los nitratos que les llegan desde las plantas depuradoras, aunque éstas cumplan la legislación europea. No pueden porque no llevan suficiente agua. De hecho, en verano algunos ríos están completamente secos y el agua que contienen procede en su totalidad de los efluentes de las depuradoras.
Las depuradoras son muy eficaces eliminando gran parte de los contaminantes del agua, como el fósforo, el nitrógeno y la materia orgánica, procedentes de las aguas fecales, pero tienen limitaciones tecnológicas y económicas para eliminarlos por completo. En ríos poco caudalosos, esta fuente de nutrientes extras, junto a los fertilizantes usados en agricultura, da lugar al exceso de nitratos que padecemos en nuestro país.
Este fenómeno, denominado eutrofización, provoca la proliferación de microalgas y da un color verda característico a las aguas de lagos, ríos y mares. Esto desencadena una fuerte disminución del oxígeno del agua, tan necesario también para la vida acuática. Afecta a la calidad del agua de los ríos y de los mares donde desembocan, y repercute incluso en la economía.
Ahora, el equipo de investigadores del Urban River Lab ha confirmado el hallazgo de un método eficaz, sencillo, de aplicación inmediata y bajo coste, que ayudará a reducir la contaminación del agua por nitratos. El estudio, publicado en la revista científica Environmental Science and Technology, afirma que dejando en el agua los restos orgánicos de la poda de las plantas acuáticas utilizadas en los sistemas de depuración natural de las depuradoras, o bien vertiendo un residuo de la elaboración de la cerveza que las cerveceras tiran, se consigue incrementar hasta un 40% las tasas de desnitrificación bacteriana, la principal responsable de eliminar los nitratos del agua en el medio natural.
Hasta el momento, los datos se han obtenido a través de un experimento hecho en el laboratorio, pero los resultados preliminares de los experimentos realizados en las instalaciones del Urban River Lab y en el río sugieren que los porcentajes de reducción de los nitratos se podrían duplicar. "Lo mejor del método es que es muy fácil de aplicar y tiene un coste muy reducido, además de ser limpio y sostenible. La mejor opción es que cuando los jardineros poden las plantas que algunas depuradoras tienen en las mismas lagunas de depuración, no se lleven enseguida los restos orgánicos, sino que las dejen unos días en el agua", explica Miquel Ribot, responsable técnico del Urban River Lab en el CEAB-CSIC y autor principal del estudio.
Según este investigador del CEAB, esto aporta al agua el ingrediente que falta de la receta para que se incremente la desnitrificación microbiana. "Los microorganismos necesitan un carbono de buena calidad para eliminar los nitratos del agua, pero las depuradoras lo eliminan. Al dejar esta materia orgánica en el agua estamos aportando un carbono de muy buena calidad que hace que se disparen las tasas de desnitrificación naturales del río, complementando así el gran trabajo de depuración que ya hacen las depuradoras por sí mismas", continúa.
"La aplicabilidad del método es inmediata. Ya se está empezando a utilizar de forma experimental en parques urbanos de la demarcación de Barcelona donde hay balsas y lagunas. Tras mucho tiempo buscando la mejor manera de luchar contra la grave problemática de los nitratos en los ríos, por fin hemos encontrado una que, además de ser muy sencilla y rápida, nos permitirá reutilizar residuos procedentes de otros procesos como la poda o la elaboración de cerveza", afirma Albert Sorolla, director técnico de Naturalea y miembro del equipo que ha llevado a cabo el estudio. "Solo hay que adaptar la forma de trabajar y de hacer las cosas para poner en marcha la solución. Será, sencillamente, cuestión de voluntad", añade. "El siguiente paso en este estudio, es averiguar cuantos días son suficientes para dejar los restos orgánicos en el agua hasta que se produzca la autodepuración natural y aprovechar al máximo este servicio ecosistémico que nos da el río gratuitamente", sentencia Sorolla.
Los autores afirman que el método es perfectamente aplicable a los ríos utilizando bioingeniería, disciplina basada en el uso de plantas acuáticas. La solución pasa por modificar tramos de ríos con el fin de potenciar la capacidad de autodepuración natural que tienen los ríos, como ya se ha puesto a prueba en estudios previos del mismo equipo de investigadores. "Este método también podría ser relevante para combatir la contaminación que llega de forma difusa proveniente de las aguas cargadas de fertilizantes de la agricultura", concluye Ribot.
Urban River Lab
El Urban River Lab es un laboratorio al aire libre pionero en el sur de Europa. Se construyó en el año 2014 en la depuradora de Montornès del Vallès y consiste en una docena de canales por donde se hace circular agua proveniente del efluente de propia EDAR. Forman parte el CEAB-CSIC, la Universidad de Barcelona, el Consorcio Besòs Tordera, Naturalea y el Ayuntamiento de Montornès del Vallès. A cada canal se establecen diferentes condiciones físicas, químicas y biológicas para estudiar cómo actúa cada uno de los procesos implicados en la depuración natural del agua por parte del ecosistema fluvial. La Urban River Lab tiene el objetivo de encontrar maneras alternativas de potenciar estos mecanismos para complementar el esfuerzo de las depuradoras y resolver el problema de exceso de nutrientes de sus efluentes.