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El Día Mundial del Agua, que se celebra este domingo 22 de marzo en medio de la crisis provocada por el COVID-19, supone un buen momento para valorar la fortaleza y la resiliencia de los servicios de abastecimiento y saneamiento de agua urbana. Pese a que los retos de la gestión hídrica no son los mismos en las diferentes partes del mundo, existe una hoja de ruta común, que incluye el consenso social y la colaboración entre instituciones públicas y el tejido empresarial especializado para alcanzar el mejor servicio posible en cada territorio. Nos lo explica Aqualia.
El Día Mundial del Agua 2020 invita a reflexionar sobre el cambio climático y su relación directa con la gestión del agua. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 13 y 6 de Naciones Unidas, Acción por el Clima y Agua Limpia y Saneamiento respectivamente, suponen un llamamiento al conjunto de la sociedad para unir esfuerzos, impulsar alianzas (ODS 17 Colaboración Público-Privada) y ofrecer soluciones viables para la gestión sostenible del agua en una triple dimensión: social, financiera y medioambiental.
El cambio climático supone una clara amenaza para la humanidad y el agua es el factor clave del que dependerá alcanzar el desarrollo sostenible. ¿Cuál es la situación? Según datos de Naciones Unidas, la disminución de los recursos de agua dulce será de un 40% para el año 2030. El Informe Mundial de la ONU sobre desarrollo de Recursos Hídricos (2018) prevé un aumento de la demanda de agua de entre el 20 y el 30% para 2050. En este escenario, el organismo internacional declaró la década 2018-2028 como el Decenio de Acción para el Agua: Agua y Desarrollo Sostenible, lo que supone un inequívoco reconocimiento del agua como factor clave.
Pese a que los retos de la gestión hídrica no son los mismos en las diferentes partes del Mundo, existe una hoja de ruta común, que incluye el consenso social y la colaboración entre instituciones públicas y el tejido empresarial especializado. Las empresas que gestionan el ciclo urbano del agua cuentan con equipos humanos altamente cualificados y con demostrada vocación de servicio, con la más moderna tecnología y con una notable capacidad innovadora.
La extraordinaria situación que estos días se está viviendo en todo el mundo a causa del COVID-19 es una prueba más de la fortaleza y resiliencia de los sistemas de abastecimiento y depuración del agua urbana. Pese a la gravedad de la situación, que ha paralizado la actividad cotidiana mundial, los servicios de agua urbana continúan, por lo general, prestándose con normalidad y contribuyendo de manera decisiva a que la situación no sea aún más grave, sobre todo en aquellos países que disponen de agentes, infraestructuras y sistemas adecuados para ello.
En este escenario, Aqualia, situada en el top ten mundial de empresas privadas de gestión de agua, la empresa colabora con el sistema de gestión del agua en 18 países de 4 continentes, colaborando de manera decisiva en el desarrollo social y económico de las comunidades a las que presta servicio. Y una de las claves es velar por la calidad del agua del grifo. Aqualia, como todas las empresas del sector, realiza infinidad de análisis anuales de calidad del agua para garantizar que llega a las casas en perfectas condiciones para su consumo.
Durante el último año, la compañía produjo 626.778.319 m3 de agua potable, cantidad equivalente a llenar de agua más de 600 estadios como el Santiago Bernabéu. Por otro lado, la labor de la compañía en las más de 800 depuradoras que gestiona, supuso la producción anual de 17,5 millones de m3 de biogás, cantidad suficiente para abastecer el consumo de una flota de 10.000 vehículos.
La atención a los ciudadanos es una de las prioridades para la compañía, que anualmente atiende casi 750.000 llamadas en Aqualia Contact, su centro de atención al cliente. Más allá del compromiso con la gestión técnica eficiente de los servicios a su cargo, Aqualia se implica con la necesidades sociales, culturales y educativas de los territorios donde está implantada. Así lo atestiguan, por ejemplo, las más de 16.000 personas que anualmente se benefician de la colaboración con Cáritas. "Operarios, lectores, inspectores, administrativos, fontaneros, gestores de atención al cliente,… Todas y cada una de las personas responsables de la enorme tarea que supone llevar agua a los grifos de nuestras casas y devolverla en óptimas condiciones al medio natural merecen hoy más que nunca nuestro reconocimiento".