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Desarrollar la primera normativa nacional (UNE) de mapas de molestias del olor ocasionados por el impacto de cualquier actividad, mediante aplicaciones de software y metodologías de implicación social como la ciencia ciudadana. Este es el objetivo principal del estudio que está realizando la Asociación Ambiental Internacional de Administradores de Olores (AMIGO) y en el que participa Depuración de Aguas del Mediterráneo (DAM) junto a centros de investigación, empresas del sector del agua, consultores, ONG y administraciones públicas.
El estudio parte de la realidad de que los malos olores son una preocupación creciente en las ciudades y localidades, y están consideradas por los ciudadanos la principal causa de la percepción de la contaminación, junto con el polvo y el ruido. Por este motivo, el estudio busca unificar criterios de la evaluación de la molestia por olor, focalizando la importancia de la participación ciudadana en la resolución de conflictos.
Tal y como señala Lidia Sauco, de DAM, "las técnicas actuales tienen una serie de limitaciones como la pérdida de precisión en el registro de tiempo y localización de un incidente de olor. Esta
es la razón por la que intentamos avanzar en el ámbito de la psicometría tradicional, utilizando observaciones ciudadanas para tratar de tomar una foto del impacto del olor con herramientas alternativas".
Uno de los principales valores añadidos de la futura norma es que contará con la participación de industrias generadoras de olor, como las EDAR y sistemas de saneamiento. "La iniciativa de DAM de formar parte de esta normativa supone un paso adelante en la concienciación de la industria como parte simultánea del problema y de la solución", resalta Lidia Sauco.
Para desarrollar el proyecto, desde AMIGO se han establecido tres grupos de trabajo -DAM forma parte del grupo sobre Participación y Transparencia-, que se encargan de definir los actores involucrados y los diferentes roles y responsabilidades de cada uno de ellos. La norma partirá de los estándares psicométricos existentes y utilizará técnicas como la ciencia ciudadana u otras técnicas de participación para generar el mapa de olores del entorno. Ya existe un primer borrador y la normativa resultante servirá de ejemplo y punto de partida para desarrollar el primer estándar europeo de mapeo de molestias del olor.