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Durante la crisis del coronavirus, las empresas gestoras de todo el mundo han tenido que transformarse para seguir garantizando el servicio de agua a la población. En este camino, el control remoto de procesos e infraestructuras, el teletrabajo o las medidas de distanciamiento social han convertido a la digitalización en una herramienta imprescindible mantener la calidad del servicio. Estas son las 4 lecciones aprendidas del sector del agua tras su respuesta a la crisis qie ofrece Idrica.
Con sede en Valencia, y con operaciones en Europa, Estados Unidos, Oriente Medio, África y América Latina, Idrica tiene como objetivo convertirse en una empresa referente en la transformación digital del sector del agua, proporcionando servicios y soluciones tecnológicas para la gestión del ciclo integral. En el contexto actual marcado por la crisis de la COVID-19, Idrica ofrece las siguientes cuatro lecciones aprendidas por el sector del agua.
1. El agua se ha convertido en un elemento clave en la lucha contra el coronavirus
La crisis ha hecho todavía más patente que los sistemas de agua y saneamiento deben ser ampliados y mejorados en las zonas que carecen de servicios. Por ello, distintos gobiernos alrededor del mundo están impulsando proyectos y promoviendo inversiones específicas, las cuales son necesarias en un contexto de reducción de ingresos para las empresas gestoras. El agua es un recurso imprescindible ya que, además de posibilitar las medidas de higiene y lavado de manos, la detección temprana del SARS-CoV-2 en aguas residuales está ayudando a las autoridades a tomar medidas de prevención y anticiparse a rebrotes en las ciudades.
2. La crisis ha actuado como catalizador de la digitalización en el sector
La administración pública, que en algunos países era todavía reticente a colaborar con el sector privado, comienza a valorar positivamente y priorizar las soluciones tecnológicas innovadoras. Durante la crisis se ha hecho evidente que la continuidad y calidad del suministro es posible gracias a la tecnología. Por esta razón, se espera que la pandemia impulse la aplicación de procesos de automatización y control remoto, reduciendo la exposición de los trabajadores y clientes al virus, y ofreciendo servicios de valor añadido a la población, como las alertas por ausencia de consumo en hogares. Según GWI, se estima que el gasto mundial en soluciones digitales crecerá de media un 8% anual.
3. A mayor grado de digitalización, mejor capacidad de adaptación
La velocidad y eficiencia en la respuesta han sido muy diferentes según el grado de maduración tecnológica previo a la crisis. Aquellos que ya habían avanzado en su transformación han podido mantener la actividad con garantías, gracias a la implementación de la telelectura, la detección en remoto de fugas y fraudes, o la facturación y cobro sin presencialidad, por citar algunos ejemplos. Las empresas que contaban con sistemas asentados de control y operación en remoto de las redes y plantas de tratamiento han continuado con el servicio sin interrupciones. Además, los protocolos automatizados ante eventos les han permitido ofrecer una respuesta más eficiente, minimizando la exposición del personal al virus.
4. El sector del agua debe prepararse para un futuro incierto
La crisis del coronavirus no es algo puntual. Se desconoce la duración de la misma y seguramente habrán otras crisis similares en los próximos años. Gracias a la digitalización, la industria puede afrontar mejor el nuevo escenario de incertidumbre. En él, es necesario impulsar un cambio cultural dentro de las organizaciones y también en la relación con los clientes, en los que el contacto físico se reducirá para dejar paso a las interacciones a través de medios digitales. En este contexto, las empresas gestoras pueden además prestar un servicio a la ciudadanía a través de campañas de concienciación sobre la importancia de las buenas prácticas de higiene. El sector del agua puede, sin duda, estar a la vanguardia de la lucha contra la pandemia.