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El grupo de investigación Lequia de la Universitat de Girona desarrolla el proyecto K-Ecofertilizer, que planea construir una planta piloto de k-estruvita en una granja. Está financiado por el Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat de Catalunya a través de su programa de proyectos piloto innovadores para Grupos Operativos.
Como sociedad, existe la obligación de buscar alternativas más sostenibles que garanticen la obtención de los recursos. Así, un fertilizante apreciado como es la estruvita (fosfato de amonio y magnesio) ya se está produciendo por precipitación química en algunas estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR). Es un buen ejemplo de economía circular que vincula los sectores agrícola y de tratamiento de aguas, y que permite garantizar la disponibilidad de este fertilizante en el futuro.
Sin embargo, la precipitación de otro compuesto como la K-estruvita (fosfato de potasio y magnesio) por esta vía, plantea aún retos importantes. El primero, la presencia de amonio, que bloquea la formación de la K-estruvita. Pero, ¿por qué es tan importante producir K-estruvita? ¿Qué tiene este compuesto químico para ser más o menos deseable que su pariente cercano, la estruvita? La respuesta se encuentra precisamente en la primera letra de su nombre, es decir, en la ´K´, el potasio, un nutriente esencial para el crecimiento de las plantas, pero que en exceso puede contribuir a la salinización del medio.
Para favorecer la precipitación de K-estruvita respecto a la estruvita, el proyecto K-Ecofertilizer optará por una nitrificación-desnitrificación para desarrollar a continuación un nuevo tratamiento en base al conocimiento previo en esta materia del grupo de investigación Lequia de la Universitat de Girona. En este caso, el efluente tratado no serán aguas residuales urbanas sino la fracción líquida resultante de una unidad de tratamiento NDN de deyecciones ganaderas, que tiene un elevado contenido de potasio y que, bajo determinadas circunstancias, debe tratarse para prevenir la contaminación del suelo y de las aguas. Se trata de una iniciativa innovadora y pionera, tanto por lo que respecta a la tecnología aplicada como por el hecho que está previsto construir una planta piloto a pie de granja.
Así pues, el proyecto analizará las consecuencias de considerar este tratamiento en el manejo de las deyecciones porcinas a nivel de explotación ganadera, tanto desde la vertiente del tratamiento de los purines como del interés agronómico del fertilizante que se produzca. Durante la ejecución se prevé realizar ensayos prospectivos en los laboratorios del Lequia; construir y operar una planta piloto en una granja; y, finalmente, evaluar el material producido como fertilizante de cereal.
El K-Ecofertilizer, que se inició el pasado mes de julio, ha recibido financiación del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat de Catalunya a través de su programa de proyectos innovadores pilotos para Grupos Operativos. Cuenta con la participación de Granjas Terragrisa, la Fundación Mas Badia (IRTA), la empresa DepurTech y la Cooperativa Agopecuaria de Sant Martí de Tous.