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La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), acaba de publicar un resumen de las características del año hidrológico que acaba de finalizar. Dicho año hidrológico, que comenzó el 1 de octubre de 2019 y finalizó el 30 de septiembre de 2020, ha quedado calificado como un año húmedo con una precipitación acumulada de 664 mm, valor que supera al valor normal en un 4% (periodo de referencia 1981-2010).
Con esta información provisional, y atendiendo a su histórico, el lugar que ocupa 2020 en la serie desde el año hidrológico 1961-1962 no es relevante, pues estaría en el puesto 26 si se empieza por el más húmedo en una serie de 59 años. En cuanto a los años del siglo XXI tampoco es relevante, pues sería el noveno empezando por el más húmedo en una serie de 19 años.
En 2020, las precipitaciones superaron en un 25% los valores normales en extensas áreas del tercio este peninsular, oeste de Galicia, zona centro de Asturias, Navarra, La Rioja, Mallorca y oeste de la provincia de Cuenca, llegándose a cantidades de precipitación superiores en un 75% al valor normal en pequeñas zonas al sur de Lleida, provincia de Tarragona, interior de la de Castellón y oeste de Zaragoza. En esta última zona las precipitaciones llegaron a duplicar el valor normal. Por el contrario, en gran parte de Canarias, y algunas zonas aisladas del suroeste de Extremadura, oeste de Andalucía y costa de Málaga, las precipitaciones acumuladas no alcanzaron el 75% del valor normal.
La distribución por grandes cuencas refleja una situación muy polarizada con superávit especialmente destacado en las cuencas del tercio norte y déficit significativo en las cuencas del Guadiana, Guadalquivir y especialmente en la cuenca Sur, en donde el año hidrológico ha quedado calificado como muy seco.
El año hidrológico 2019-2020 se inició el 1 de octubre con un mes que resultó en conjunto seco con una precipitación acumulada un 24% inferior al valor normal. No obstante, en noviembre, las precipitaciones fueron en aumento resultando en conjunto un mes muy húmedo, y diciembre y enero resultaron húmedos, por lo que a finales de enero la precipitación del año hidrológico quedaba un 11% por encima del valor normal. A continuación febrero resultó ser extremadamente seco, el mes de febrero de menor precipitación de toda la serie desde 1961, por lo que al finalizar ese mes dicho porcentaje disminuía hasta quedar un 3% por debajo del valor normal. Posteriormente un marzo muy húmedo y un abril húmedo dieron como resultado que a finales de abril el porcentaje de precipitación acumulada superara el valor normal en un 10%. La primavera continuó con un mayo seco quedando las precipitaciones acumuladas al finalizar mayo un 7% por encima del valor normal. En los meses del verano, a pesar de que junio y agosto fueron húmedos, julio resultó seco, por lo que agosto finalizaba superando el valor normal de precipitación acumulada desde el 1 de octubre tan solo en un 5%. En los primeros días de septiembre las precipitaciones estuvieron debajo del valor normal y dicho porcentaje continuó disminuyendo y, aunque en la tercera semana de septiembre las precipitaciones fueron abundantes, el mes de septiembre fue seco.