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La Unión Europea (UE) quiere garantizar que sea seguro beber agua del grifo en toda su territorio y, para conseguirlo, el Consejo Europeo ha dado un paso más en la futura directiva: ha adoptado formalmente su posición en primera lectura sobre la revisión de la Directiva sobre el agua potable, basada en el acuerdo transaccional alcanzado en las negociaciones entre el Consejo y el Parlamento Europeo. El objetivo final, conseguir un agua potable limpia y segura a través de unas estrictas normas mínimas de calidad.
Con la nueva normativa se actualizan las normas de calidad del agua potable y se introduce un enfoque de rentabilidad basado en el riesgo para el control de la calidad del agua. El Consejo también ha introducido requisitos de higiene para los materiales que están en contacto con el agua potable, como las tuberías. El objetivo es mejorar la calidad de esos materiales, con el fin de garantizar la protección de la salud humana y evitar la contaminación del agua.
Un agua potable limpia y segura es esencial. "Me complace que hayamos podido proponer una actualización de las normas en materia de calidad del agua, introducir un enfoque basado en el riesgo para el el control del agua, y mejorar la información sobre la calidad del agua que se facilita a los consumidores, así como el acceso al agua", admite Svenja Schulze, ministra federal de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza y Seguridad Nuclear de Alemania.
La posición del Consejo aborda también la creciente preocupación por los efectos de los alteradores endocrinos, los productos farmacéuticos y los microplásticos en la salud humana, mediante la introducción de un mecanismo de lista de alerta. Dicha lista permitirá a la UE seguir, de manera dinámica y flexible, los nuevos conocimientos sobre estas sustancias y sus efectos para la salud humana.
Antecedentes y siguientes etapas
La revisión de la normativa es el resultado directo de la iniciativa ´Right2Water (´Derecho al agua´), la primera iniciativa ciudadana europea en prosperar. La Comisión adoptó su propuesta de refundición de la Directiva sobre el agua potable el 1 de febrero de 2018. El Consejo adoptó su posición sobre la propuesta el 5 de marzo de 2019. A continuación, se mantuvieron negociaciones entre los colegisladores. El 18 de diciembre de 2019, el Consejo y el Parlamento Europeo alcanzaron un acuerdo provisional, que fue confirmado por los representantes permanentes de los Estados miembros ante la UE el 5 de febrero de 2020.
La posición del Consejo en primera lectura respecto de la Directiva sobre el agua potable adoptada refleja el acuerdo transaccional alcanzado en las negociaciones entre el Consejo y el Parlamento Europeo, facilitado por la Comisión. Una vez adoptadas, las modificaciones de la actual Directiva sobre el agua potable subsanarán todas las deficiencias detectadas en su evaluación REFIT y aumentarán notablemente el nivel de protección del medio ambiente y de la salud humana frente a los efectos adversos de un agua potable contaminada.
La posición del Consejo se transmitirá ahora al Parlamento Europeo. Se anunciará en sesión plenaria, se someterá a votación en la Comisión de Medio Ambiente y, por último, se votará en el Pleno. De conformidad con la carta de 18 de febrero de 2020, remitida por el presidente de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo al presidente del Comité de Representantes Permanentes, el Parlamento Europeo debería aprobar sin enmiendas, en segunda lectura, la posición del Consejo en primera lectura.
En cuanto la Directiva sobre Aguas de Consumo esté aprobada por el Parlamento Europeo (en principio hacia finales de este mismo año o principios de 2021), entrará en vigor a los 20 días de su publicación en el Diario Oficial de la Unión Europea. A partir de aquí, la trasposición para los Estados miembros deberá hacerse en dos años.