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Investigadores del Grupo de Ingeniería de Recursos Hídricos del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València (IIAMA-UPV) han desarrollado una metodología que mejora la toma de decisiones en la gestión del riesgo de sequía, al integrar las proyecciones de cambio climático en la gestión y planificación hidrológica.
Así los explican en el artículo Risk assessment in water resources planning under climate change at the Júcar River basin, realizado por Sara Suárez, Abel Solera, Jaime Madrigal, Joaquín Andreu y Javier Paredes, y que ha sido publicado en la revista científica Hydrology and Earth System Sciences. El estudio parte de la realidad fehaciente de que el cambio climático y sus posibles efectos sobre la disponibilidad de recursos hídricos es una amenaza creciente para la sociedad, por lo que es fundamental adoptar estrategias de adaptación y mitigación con la mayor fiabilidad y eficacia posible.
"Es imposible predecir el futuro y más aún conocer con exactitud los impactos del cambio climático. Por ello, debemos promover la innovación en el sector del agua y aumentar su capacidad de adaptación al cambio climático", afirma la autora principal del estudio, Sara Suárez.
Metodología desarrollada
La técnica desarrollada consiste en una cadena de modelos hidrológicos, de gestión, estocásticos y de evaluación del riesgo que permiten obtener un indicador probabilístico sobre la evolución de los recursos hídricos de la cuenca del Júcar. De hecho, este indicador tiene la finalidad de ayudar a los gestores de cuenca en el proceso de toma de decisiones. "Esta metodología es muy completa y robusta y se puede aplicar, tras un ajuste de las distintas variables, a cualquier cuenca altamente regulada que sufra eventos plurianuales de sequía como la del Júcar", afirma la investigadora valenciana.
Para su configuración los investigadores del IIAMA han corregido los datos de cambio climático, comparando los datos observados con un periodo de referencia común. "El ajuste se ha aplicado a los datos meteorológicos (precipitaciones y temperatura) y a los hidrológicos (caudales). Una vez tenemos los caudales futuros, los comparamos con los actuales y obtenemos tasas medias de cambio para los horizontes futuros de 2020, 2050 y 2080", explica Sara Suárez. Posteriormente, la información estadística de los caudales es implementada en un modelo estocástico, cuyas series de caudales generadas se incorporan a un modelo de evaluación de riesgo de sequías y que permite obtener, predicciones probabilísticas sobre el volumen de recursos hídricos en la cuenca en forma de indicador.
Resultados obtenidos
"Los resultados obtenidos reflejan una disminución de la disponibilidad de recursos hídricos en la cuenca del Júcar en el futuro próximo. Sin embargo, la incertidumbre asociada a las proyecciones climáticas es muy elevada a partir del 2050, lo que se traduce en resultados no concluyentes para los horizontes más lejanos", señala Sara Suárez. Concretamente, los caudales podrían experimentar cambios medios de un 3% en el horizonte 2020, un -3% en el 2050 y un -11% en el 2080 respecto de la situación actual.
"Los porcentajes de reducción pueden parecer bajos, pero teniendo en cuenta que la relación entre demandas/recursos es cerca del 90%, cualquier descenso es preocupante. De todos modos, la incertidumbre en estas predicciones y los resultados finales es muy elevada, sobre todo en los horizontes más lejanos, por lo que cuando estas predicciones mejoren la metodología estará lista para usarse y ayudar a los gestores de cuenca a tomar decisiones", incide Sara Suárez.
Por todo ello, la investigadora valenciana aboga por continuar investigando sobre la evaluación del riesgo de sequías para ·mejorar el conocimiento en la gestión de los recursos hídricos y de este modo adoptar las mejores decisiones posibles", concluye la investigadora del IIAMA.