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Tanto el estrés hídrico al que están sometidos los sistemas de abastecimiento como el coste total de producción, transporte y distribución del agua potabilizada, requieren la adopción de estrategias de gestión que permitan minimizar el agua no registrada (ANR). Para Mejoras Energéticas, la llamada transformación digital, a través de la implantación de nuevos procesos basados en la adopción de dispositivos conectados, está posibilitando grandes avances en la operación de los servicios de agua.
En este contexto, las soluciones tecnológicas y el soporte en su implantación ofrecidos por Mejoras Energéticas facilitan la optimización de la explotación y el control de las redes mediante la integración de la información obtenida con registradores de caudal, de presión, de sensores de calidad del agua y de los ruidos producidos por fugas en la red.
De esta forma, los operadores pueden hacer el seguimiento integral de sus redes y, desde sus puestos de control, detectar de forma temprana cualquier incidencia que pueda producirse, tales como incrementos de demanda, descensos en la presión, aparición de transitorios, anomalías en la concentración de cloro o turbidez o aparición de fugas, las cuales, además, podrán ser analizadas de forma conjunta, identificando posibles correlaciones.
Con respecto a la detección temprana de fugas, los elementos clave para la citada transformación digital son los prelocalizadores Permanet+SU. En estos equipos, a las funcionalidades de detección y validación ya incorporadas en versiones anteriores (algoritmo Permalog), se unen las opciones de gestión remota tales como escucha diferida de ruidos para confirmación de existencia de fuga, correlación on line para su ubicación y toda la potencia GIS para la gestión de histórico de emplazamientos, de fugas y de ruidos asociados a los elementos de las redes. A estas características y ventajas se une la incorporación de los nuevos sistemas de comunicaciones NB-IoT en todos los sensores, superando los problemas de cobertura que presentan en ocasiones las tecnologías inalámbricas tradicionales.
Estas nuevas posibilidades de gestión remota de la flota de sensores incrementan de forma muy importante la eficiencia y la fiabilidad en la detección y ubicación precisa de las fugas de agua, aportando ahorros relevantes en costes de personal, de desplazamientos y, por supuesto, en los propios del agua y energéticos.