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Según Teresa Martín, Water Operations Specialist en Idrica, el sector del agua ha logrado mantener su actividad durante la crisis del coronavirus proveyendo un servicio esencial. Durante el 2020, gran parte de los trabajos de mantenimiento y operación tuvieron que realizarse sobre el terreno, pero muchas otras tareas pudieron realizarse en remoto. Así, los gestores comprobaron en primera persona los beneficios de la transformación digital.
Durante el 2021, los gestores de agua seguirán apostando por la digitalización de todos sus procesos. El objetivo es continuar optimizando un nuevo tipo de gestión, en remoto y colaborativa, de todos los actores involucrados. El uso eficiente del agua, y su correcta devolución al medio, son dos temas que deben ser centrales en cualquier cambio de futuro. Estas son las tendencias en gestión del agua en 2021, identificadas por Teresa Martín.
La digitalización de los procesos e infraestructuras
Sin lugar a dudas, el año 2020 va a recordarse como catalizador de la digitalización en todo el sector del agua, y por supuesto también en el área de gestión y distribución. La hoja de ruta de los gestores pasa ya por la transformación digital. En este camino, contar con la inversión suficiente es uno de los principales retos, aunque no el único. El conocimiento del abanico de opciones disponibles en el mercado, sus ventajas y su compatibilidad con las infraestructuras y sistemas ya implantados, resulta imprescindible para seleccionar la tecnología adecuada.
Los impulsores de la digitalización en las empresas de agua deben no solo tener éxito en el proceso de cambio, sino también ser capaces de trasladar el mensaje de los beneficios a todo el equipo, convenciendo a las personas más reticentes a la innovación. Las ventajas van más allá de la eficiencia en la gestión, impulsando el uso correcto y medioambientalmente sostenible del agua.
Mayor control sobre datos de calidad
Para que la digitalización sea un éxito, el primer paso es contar con datos accesibles, seguros y de calidad. No se trata solo instalar equipos y sensorizarlos, sino que es necesario contar con las formas adecuadas de tratar esos datos, de forma que la información pueda transformarse en conocimiento. Es necesario recoger la información del funcionamiento de las instalaciones, pero también la que resulta de cada actuación sobre la infraestructura. En nuestro sector, la localización subterránea de las redes de agua puede añadir complejidad a la tarea, en aquellos casos en los que no se cuenta con un inventario adecuado. Sin embargo, incluso teniendo en cuenta la envergadura del desafío, nadie duda de que el futuro pasa por la centralización e interconexión de todos los datos, convirtiéndolos en una herramienta para la toma de decisiones. Emprender este camino va a ser el principal objetivo para numerosas empresas gestoras alrededor del mundo, y una de las tendencias en gestión del agua en 2021 más importantes.
Gestión en remoto
Durante la crisis del coronavirus, las empresas de servicios de agua han tenido que adaptarse a la gestión en remoto como forma de proteger a sus trabajadores y clientes. La resiliencia ha dependido, en gran medida, del grado de digitalización alcanzado antes de esta situación sin precedentes. Aunque resulta obvio señalar que en el futuro habrá un incremento de la gestión en remoto, a veces se pasan por alto los retos ligados a la motivación y cohesión del equipo. En el 2021, los gestores deberán desarrollar distintas estrategias para mantener unidos a los trabajadores, tanto aquellos que desempeñan su labor desde casa, como a los operarios en campo.
Equipos de trabajo ligados a las infraestructuras y con apoyo puntual externo
La necesidad de una mayor flexibilidad e inmediatez, fruto de un contexto incierto, va a asentar el trabajo sobre infraestructuras basado en pequeños equipos de trabajo estables y especializados. El agua, no lo olvidemos, es un recurso escaso y esencial, por lo que la sociedad espera que las empresas resuelvan cualquier incidente de la forma más ágil posible. Estos equipos permiten llegar antes al punto donde se ha producido el problema, como por ejemplo una fuga de gran calibre en la calle, y resolverlo. La principal desventaja de este tipo de organización es la necesidad puntual de contar con apoyo externo, cuando el trabajo a realizar trasciende los conocimientos de los miembros del equipo. En ese caso, se recurre a especialistas que aportan su visión. Es un inconveniente menor, si tenemos en cuenta la mayor resiliencia que aportan los equipos estables y especializados, por lo que en el futuro se seguirá apostando por ellos.
Estas son algunas de las tendencias recogidas en el informe Global Water Trends 2021 de Idrica, un listado exhaustivo de las nuevas tecnologías que transformarán el sector del agua durante este año.