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En el Día Mundial del Agua, que se celebra cada 22 de marzo, Naciones Unidas invita este año a reflexionar en torno al valor del agua. La importancia ambiental, social y cultural que este recurso vital tiene para toda la humanidad resulta innegable. El agua significa salud, higiene, dignidad y productividad. Junto a este valor ´natural´ del agua, Aqualia destaca la importancia del valor del servicio: todo aquello que implica valor añadido para el usuario en cada uno de los procesos o fases del ciclo integral del agua: captación, potabilización, distribución, saneamiento, depuración, o atención al cliente.
La crisis de la Covid-19 ha servido para refrendar nuevamente el compromiso del sector del agua con la sociedad. El agua del grifo no podía fallar y no lo ha hecho. Ha cumplido con su papel de escudo sanitario frente a la pandemia. Por ello es necesario poner en primer plano la labor desarrollada por los trabajadores de las operadoras, más de 9.000 profesionales en el caso de Aqualia.
La pandemia ha vuelto a poner de manifiesto que los servicios urbanos, y los asociados al ciclo integral del agua en particular, son parte fundamental de nuestra realidad. Pero detrás del gesto de abrir un grifo y que de él brote agua potable no es una tarea sencilla. Como tampoco lo son el resto de tareas asociadas a la gestión del ciclo integral del agua: análisis de las aguas, resolución de averías, lectura de contadores, saneamiento y depuración, facturación y gestión de clientes, etc. En paralelo al día a día de la gestión, Aqualia desarrolla proyectos de modernización en el marco de la triple sostenibilidad (económica, social y medioambiental), impulsando procesos limpios y ambientalmente racionales.
Un ejemplo de ello es el proyecto Life Intext, orientado a la mejora del tratamiento de las aguas residuales en pequeñas poblaciones y a combatir la escasez de agua en estas comunidades mediante la combinación de tecnologías intensivas y extensivas, enfocadas a la depuración del agua residual y a su reutilización. Este proyecto apuesta por la sostenibilidad en el tratamiento de las aguas residuales, en aquellas poblaciones donde hasta ahora no resultaban suficientemente eficientes.
Por otro lado, el proyecto Life Phoenix busca convertir las aguas residuales en un elemento de alto valor para su reutilización en riego de forma segura y eficiente. Eneste caso el consorcio investigador está conformado por entidades públicas y privadas de España, Portugal y Holanda. El proyecto comenzará su andadura en dos depuradoras de la ciudad de Almería (El Bobar y El Toyo), operadas por Aqualia como concesionaria del Servicio Municipal de Aguas del Ayuntamiento. Posteriormente, las tecnologías serán trasladadas a otras ubicaciones de España y Portugal, para testar el potencial de los prototipos en distintos casos. Life Phoenix se propone además como solución al creciente reto de los contaminantes emergentes y microplásticos, que causan problemas en los actuales sistemas de depuración, ya que son difícilmente eliminables, y suelen acabar en los mares y ríos, suponiendo un grave riesgo medioambiental.
La gestión del ciclo integral del agua sigue siendo uno de los factores clave para alcanzar el éxito en el camino hacia el desarrollo sostenible. Naciones Unidas declaró el periodo 2018-2028 como el Decenio Internacional para la Acción ´Agua para el Desarrollo Sostenible´. De esta manera, la sociedad cuenta con un marco de actuación para acelerar el cumplimiento del ODS 6 “Agua Limpia y Saneamiento” y sus respectivas metas, aunando esfuerzos para afrontar los desafíos relacionados con el agua y, por ende, el resto de objetivos de la Agenda 2030.
El agua es de vital importancia para el desarrollo sostenible. Empresas como Aqualia están integrando los ODS en el centro de su estrategia empresarial para propiciar el cambio mundial impulsado Naciones Unidas y así generar soluciones, medidas y hechos concretos que faciliten la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.