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Tras más de un año de trabajo, Facsa ha concluido con éxito Rewacer, un proyecto puesto en marcha junto al Instituto Tecnológico de la Cerámica (ITC), el Instituto Tecnológico de la Energía (ITE) y las empresas cerámicas Samca y Estudio Cerámico con el principal objetivo de cubrir la demanda de agua del sector industrial cerámico con el efluente de las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR).
De esta manera, la iniciativa -financiada por la Agència Valenciana de la Innovació (AVI) dentro de la convocatoria de Proyectos Estratégicos en Cooperación 2019- representa una nueva y ambiciosa apuesta de economía circular en la gestión del ciclo integral del agua, ya que persigue reducir el consumo de agua de acuífero gracias al fomento de la reutilización de los recursos hídricos y el aprovechamiento de residuos.
Los resultados obtenidos han sido muy favorecedores para el sector, ya que el proyecto ofrece la posibilidad de abastecer a 47 empresas de la provincia y reducir el consumo de agua subterránea aproximadamente 9.703 m3/día, lo que supone al año más de 3,5 millones de m3. Así, la sustitución de parte del consumo de agua de pozo por aguas regeneradas del sector industrial cerámico supondría preservar el futuro de dicho sector en la provincia, así como la recuperación y preservación de las masas de agua subterráneas. Pero esto no es todo, ya que, además del positivo impacto económico y ambiental para la zona, el nuevo modelo desarrollado dentro del proyecto ha demostrado mejorar la calidad del agua respecto al actual.
Para llevar a cabo el proyecto, el equipo de trabajo ha desarrollado un sistema híbrido de tratamiento piloto basado en la combinación de carbón activo sostenible a partir de restos de poda y membranas, que permite tratar las aguas de salida de una depuradora para obtener la calidad óptima para su utilización en la industria azulejera. Tras esto, y una vez definido el sistema híbrido de regeneración de aguas, se han realizado las validaciones tanto a escala laboratorio como industrial.
Así, a fin de optimizar la calidad del agua y adaptar sus características a las necesidades de la industria cerámica, Facsa ha validado las tecnologías mediante dos plantas piloto instaladas en la EDAR de Alcora y en la EDAR de Castellón de la Plana y ha procedido a la creación de una posible red de abastecimiento desde distintas EDAR.
Por su parte, el ITE ha desarrollado un carbón activo sostenible a partir de restos de poda capaz de retener los compuestos orgánicos responsables del ensuciamiento de la tecnología de membranas y de alargar así la vida útil de este tratamiento.
Por otro lado, el ITC ha aportado su conocimiento sobre técnicas avanzadas de tratamiento de aguas de filtración con membranas y sobre la combinación de metodologías a aplicar para la regeneración de las aguas residuales, el análisis ambiental y el ciclo hidrológico, así como con pruebas a escala real de producción con agua a escala laboratorio y de planta piloto industrial para realizar pasta roja.
Por último, las empresas del sector cerámico Samca y Estudio Cerámico también han realizado las pruebas a escala real de producción con agua regenerada para la elaboración de la pasta blanca y engobes y esmaltes, respectivamente, de forma que se consiguen abarcar todos los procesos de la industria cerámica.