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Facsa, bajo la esencia de Waternology, ha dado un paso más en su lucha contra la COVID-19, y la detección y cuantificación de SARS-CoV-2 en el alcantarillado y las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR), con la puesta en marcha de Tracker, una innovadora plataforma de vigilancia medioambiental que incorpora novedosos algoritmos para mejorar la capacidad predictiva de la herramienta.
Esto es posible gracias a un sistema de información geográfica (GIS) y a la aplicación del análisis de inteligencia artificial a los datos de movilidad, socioeconomía y meteorología recopilados en las áreas de estudio, que afectan a la dispersión del virus y su transmisión entre la población. Unos datos que se combinan, a su vez, con indicadores de monitoreo clínico de SARS-CoV-2, junto con otros parámetros obtenido a partir de las aguas residuales para facilitar la gestión de la pandemia.
Y es que esta herramienta -que pone en valor el agua residual como importante fuente de información para mejorar la salud de la población- permitirá, entre otras cosas, evaluar el seguimiento de los programas de vacunación, mejorar la gestión de la epidemia al justificar las modificaciones entre fases y seguir colaborando en el control, prevención y seguimiento de brotes junto con las autoridades encargadas de garantizar la salud pública. Además, mediante la aplicación de técnicas avanzadas de biología molecular y secuenciación masiva, facilitará el rastreo de nuevas variantes de SARS-CoV-2, alineándose con las últimas recomendaciones de la Comisión Europea para monitorizar el virus en las aguas residuales.
El proyecto Tracker ha sido financiado por la Comisión Europea a través del programa Horizon 2020 (Framework Programme for Research and Innovation 2014-2020, EU Grant Agreement 101016203), tras ser uno de los 18 seleccionados entre un total de 135 solicitudes provenientes de 21 países diferentes. La convocatoria INNO4COV-19 cuenta con un presupuesto de 6.1 millones de euros y busca apoyar la comercialización de nuevos productos en Europa para combatir la COVID-19 a través del fomento de soluciones innovadoras categorizadas en cuatro grandes campos, que incluyen desde tecnologías médicas hasta soluciones de vigilancia medioambiental, siendo Tracker el único proyecto seleccionado en este ámbito.