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La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha concluido los trabajos de restauración ambiental del río Palancia, en la Comunidad Valenciana, con la recuperación de 8,3 kilómetros del río por un canal de derivación de aguas. Ello ha permitido que este río vuelva a tener agua en su cauce tras cinco décadas seco.
Los trabajos de recuperación fluvial en el río Palancia han permitido que el agua vuelva a discurrir por su cauce tras cinco décadas seco, manteniendo los usos del agua asociados y compatibilizando así de la protección del medio ambiental con uso sostenible del recurso. Este cambio en el modelo de gestión respeta el regadío de la zona, no afecta a los recursos hídricos gestionados desde el Embalse del Regajo y permite el libre flujo de las aguas del Palancia por su cauce. En cuanto al tramo de río, se ha comprobado que se trata de un río temporal, y por tanto su régimen hidrológico es cambiante, pudiendo encontrar diferentes tipologías de río (con caudal, pozas, o tramos secos) en función de la estación del año, del año hidrológico y del recorrido del río.
“El papel de la gobernanza del agua en este proyecto ha sido la clave del éxito", afirman desde la Confederación Hidrográfica del Júcar, lo que ha facilitado una interrelación equilibrada entre los distintos actores que ha permitido la adopción de cambios eficientes en los modelos de gestión, con el fin de cumplir los objetivos de la Directiva Marco del Agua. "Si tenemos en cuenta la situación de despoblación de las zonas rurales, es fácil comprender que las medidas que se adopten para la recuperación ecológica de los ríos deben venir consensuadas por los usuarios y población del territorio. Esto solo es posible con un cambio de mentalidad en la gestión del agua, no solo por parte de la Administración, sino de toda la sociedad", explican.
Documental sobre el ´renacer´ del río
El corto documental ´Palancia, el renacer de un río´ narra este proyecto de restauración ambiental, que da respuesta a un problema cuyo origen se remonta a principios de la década de los 70. En aquel entonces, la Confederación Hidrográfica del Júcar ejecutó unas obras de derivación en el río Palancia entre los términos municipales de Viver y Jérica, en Castellón. Se construyó un canal paralelo al río, por donde circulaba el agua evitando la infiltración al terreno en el cauce y sorteando 8,3 kilómetros del río.
El objetivo era asegurar el abastecimiento de los pequeños regadíos de la zona y mejorar así el llenado de un embalse ubicado aguas abajo, evitando la infiltración del agua a los acuíferos de la zona. Finalizadas las obras, las aguas del Palancia fueron derivadas mayoritariamente por el canal, quedando el río seco de forma permanente.
En el año 2013, la ONG AEMS-Ríos con Vida puso de manifiesto esta situación y fue entonces cuando la Confederación Hidrográfica del Júcar dio comienzo a los trabajos de caracterización hidrogeológica con el objetivo de adoptar soluciones integradoras. Finalmente, en el año 2019, la Presidencia de la Confederación decidió iniciar un periodo de pruebas con el fin de modificar la gestión hidráulica del canal, trabajando de forma coordinada y colaborativa con todos los agentes afectados.
"Este documental -concluyen desde la Confederación- muestra cómo muchos de los problemas ambientales en la actualidad no son producto de una incompatibilidad entre usos y conservación, sino el resultado de una gestión obsoleta que debe adaptarse a las nuevas exigencias normativas y de la sociedad actual".