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La compañía española SETA PHT, especialista en tratamiento de agua, expande sus soluciones de desalación tanto en territorio nacional como al otro lado del Atlántico con dos importantes proyectos: uno en Almería y otro en Brasil. Ambas plantas desalarán y potabilizarán en total unos 85 m3 cada hora empleando la tecnología de ósmosis inversa, lo que supondrá un importante ahorro energético durante todo el proceso.
SETA PHT ha resultado adjudicataria de un contrato llave en mano para poner en marcha una planta desaladora de agua de mar en Caucaia, municipio del noreste de Brasil, capaz de potabilizar 50 m3 a la hora, y consistente en un sistema plug & play.
El gobierno brasileño es consciente de que su territorio, aun siendo el país con mayor riqueza hídrica del mundo, también destaca por su desigual distribución. Además, la región de Caucaia está dominada por un ecosistema semiárido, donde se suceden las sequías, y donde es extremadamente importante optimizar los recursos hidrológicos. La línea de tratamiento del proyecto liderado por SETA PHT está basada en el eficiente mecanismo de ósmosis inversa y con recuperación de energía; reaprovechando la energía de rechazo del sistema, se pone en funcionamiento un proceso que requiere poco espacio físico y que conlleva un importante ahorro energético.
En el desarrollo del proyecto destaca el sistema compacto, con todos sus elementos instalados sobre bastidor, un método que minimiza el impacto medioambiental como consecuencia de la escasa obra civil requerida, en consecuencia, el coste total del proyecto queda sensiblemente reducido.
Nuevamente, la ósmosis inversa es la protagonista del proyecto en el que actualmente trabaja SETA PHT para potenciar la irrigación de los campos de cultivo almerienses: la planta desalinizadora tendrá una capacidad de tratamiento de 35m3 cada hora, y permitirá adecuar el nivel de salinidad del agua a los requisitos de los distintos cultivos. Al igual que sucede con Caucaia, la región de Almería está encuadrada en uno de los ecosistemas más áridos de la Península Ibérica: optimizar la distribución de agua en esta zona constituye todo un desafío, atendiendo especialmente a la finalidad última, que es la comercialización de frutas y verduras procedentes de estos campos, con sus consiguientes exigencias hídricas.
Los componentes del sistema se instalarán en un único contenedor estandarizado de 40 pies, de fácil transporte y elevada integridad estructural. Dicho contenedor contendrá dos áreas aisladas y bien diferenciadas: una de desalación y otra de productos químicos, además de contar con iluminación led, suelo antideslizante, duchas lavaojos y otros elementos para que la planta pueda ser operada desde el propio contenedor.
Asimismo, el sistema cuenta con el equipamiento adecuado para desplazar y limpiar las membranas, que son las principales protagonistas de la tecnología de ósmosis inversa, puesto que son las que reciben el bombeo de agua a alta presión y la separan de la sal, gracias a su específica y calculada permeabilidad.