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Merlin es un nuevo proyecto europeo que busca soluciones nuevas para restaurar las funciones de los ecosistemas de agua dulce como, por ejemplo, mejorar la retención de las inundaciones. La investigación cuenta con cuatro partners españoles: el Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA), la consultora ambiental i-Catalist, la Universidad del País Vasco y la Diputación Foral de Guipúzcoa.
Las catástrofes causadas por las recientes inundaciones en el centro de Europa han mostrado cómo interactúan el cambio climático y la ingeniería fluvial, así como la importancia de restaurar y renaturalizar los sistemas fluviales y sus llanuras de inundación asociadas. Precisamente para encontrar soluciones naturales contra las inundaciones acaba de ponerse en marcha el proyecto internacional Merlin financiado por la UE con 21 millones de euros, en el que participan cuatro entidades españolas, entre ellas el ICRA.
Merlin (Mainstreaming Ecological Restoration of freshwater-related ecosystems in a Landscape context: INnovation, upscaling and transformation) busca soluciones nuevas y ampliamente aplicables para restaurar las funciones de los ecosistemas de agua dulce, por ejemplo para mejorar la retención de las inundaciones y almacenar el dióxido de carbono. El proyecto está coordinado por la University of Duisburg-Essen (UDE) y participan 44 socios de toda Europa, entre ellos universidades, institutos de investigación, organizaciones de conservación de la naturaleza y partes interesadas de empresas, gobiernos y municipios. Los partners españoles son el ICRA, i-Catalist, la Universidad del País Vasco y la Diputación de Guipúzcoa.
Tal como explica Sebastian Birk, del Grupo de Trabajo de Ecología Acuática de la UDE y coordinador del proyecto junto con el profesor Daniel Hering, "son muchos los sectores económicos y sociales que se benefician de la restauración, y ésta requiere la contribución de muchos actores". En este sentido, según Vicenç Acuña, jefe del Área de Recursos y Ecosistemas del ICRA, "nuestra tarea consistirá en la cuantificación de la demanda de servicios ambientales a nivel europeo, para ver en qué zonas se han de invertir más recursos en renaturalizar o restaurar ecosistemas. Esto permitirá realizar las inversiones de restauración o renaturalización allí donde haya una mayor demanda social para hacerlo, y no allí donde se decida desde un punto de vista de oportunidad técnica o política, facilitando así pues su aceptación social".
10 millones de euros de la financiación de la UE se destinarán a restaurar, desde Finlandia hasta Israel, 17 zonas de arroyos, ríos, pantanos y humedales para conseguir llegar a un estado casi natural. Estos grandes proyectos se ampliarán con la financiación de la UE y se convertirán en modelos europeos. "Uno de los objetivos es la cooperación con las industrias que pueden beneficiarse de la restauración, por ejemplo, la agricultura, la producción de agua potable y las compañías de seguros", explica Daniel Hering. Los efectos de las medidas se contabilizarán económica y ecológicamente.
En España, el proyecto de restauración subvencionado es el derribo de varias presas en el río Deba, Guipúzcoa, en el tramo fluvial entre Mendaro y Arrasate, asociadas a minicentrales hidráulicas.