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40 años y 157 artículos después, la investigación sobre la identificación de fuentes de contaminantes en las aguas subterráneas ha crecido exponencialmente en número, pero parece estar estancada en cuanto al avance hacia la solución del problema y su aplicación práctica. Esta es la principal reflexión que efectúa el responsable del Grupo de Hidrogeología del Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València (IIAMA-UPV), Jaime Gómez-Hernández, junto al investigador Teng Xu.
El trabajo Contaminant source identification in aquifers: A critical view, publicado en la revista científica Mathematical Geosciences, presenta una evolución histórica de esta línea de investigación, destacando sus principales avances. El escrito parte de la realidad de que la identificación de una fuente contaminante es un problema matemáticamente muy complejo.
"En 2021 se cumple el 40 aniversario del primer trabajo sobre identificación de fuentes contaminantes en acuíferos, la tesis doctoral defendida por Steven Gorelick en la Universidad de Stanford. El tema ha suscitado interés en la comunidad científica, aunque los últimos años la proliferación de nuevosartículos no va acompañada de un crecimiento similar en valor agregado por lo que parece estar estancado su progreso", asevera el doctor Gómez-Hernández. En este sentido, el profesor Jaime Gómez señala que los últimos trabajos al respecto se han centrado en resolver el problema matemático, olvidándose que este no tiene valor si no va acompañado de una identificación conjunta de otros parámetros inciertos que caracterizan el flujo y el transporte de contaminantes en los acuíferos.
Dos de los trabajos más recientes citados en este artículo están firmados precisamente por Jaime Gómez y Teng Xu y proponen un avance sustancial hacia la aplicabilidad de la solución. En ellos se demuestra la posibilidad de identificar conjuntamente la fuente de contaminante y la distribución espacial de la conductividad hidráulica del acuífero, parámetro crucial para poder entender cómo funciona un acuífero. "Desde un punto de vista práctico, no parece razonable intentar resolver la identificación de una fuente de contaminación sin ningún conocimiento previo sobre la fuente en sí. El método óptimo debe identificar todos los parámetros a la vez: el número de eventos contaminantes, su ubicación, extensión y origen. Sin embargo, nadie ha intentado hacerlo, y probablemente nadie lo hará, ya que es un problema demasiado complejo. Aunque lo normal es que cuando se aborda un problema de identificación de contaminantes, siempre existe alguna información previa sobre el origen o el número de fuentes", explica el xatedrático en Ingeniería Hidráulica de la Universitat Politècnica de València.
Por ello, señala que cualquier técnica que desee tener la posibilidad de ser aplicada en la práctica debe ser capaz de identificar todos los parámetros sobre los que hay incertidumbre, tanto los que controlan el flujo y el transporte como otras variables como la infiltración, los bombeos o las condiciones de contorno. "Todavía hay margen de mejora, y los nuevos trabajos sobre el tema deberían proponer un enfoque radicalmente novedoso para resolver el problema", concluye el investigador del IIAMA.