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Ante la celebración del Día Mundial del Agua, el Foro de la Economía del Agua recuerda la importancia de la planificación hídrica, así como de las tecnologías, tanto de regeneración de aguas subterráneas como de información y cuantificación, para la conservación de los acuíferos, un recurso hídrico de gran importancia que no siempre se valora lo suficiente.
Este año 2022, Naciones Unidas ha querido poner el foco de atención del Día Mundial del Agua, que se celebra el 22 de marzo, en las aguas subterráneas. Estas masas constituyen un recurso poco visible que no se ha estudiado en profundidad hasta hace relativamente poco tiempo. Según datos para España de la Dirección General del Agua, el porcentaje de consumo de las aguas subterráneas está próximo al 25%, una cifra de mucha mayor importancia de lo que puede parecer, teniendo que en cuenta que resulta una alternativa im-prescindible en los territorios donde se producen los mayores desequilibrios hídricos de España.
La sobreexplotación y la contaminación, especialmente la difusa causada por la agricultura, han traído consigo que el 40% de las masas de agua subterránea en España no esté en buen estado. La agricultura es de hecho el principal uso de estas aguas, pues en España se emplean unos 5.000 hm3 anuales de agua subterránea para regadío y 1.500 hm3 para abastecimiento. Por otra parte, la utilización excesiva de algunas de estas aguas subterráneas durante todo el siglo XX ha generado la desaparición de manantiales y el progresivo deterioro de zonas húmedas.
"Conservar correctamente las aguas subterráneas de los acuíferos es fundamental para la sostenibilidad del recurso hídrico, máxime en momentos como el actual, marcado no solo por los efectos del cambio climático que están reduciendo las masas de agua exteriores, sino por un período de sequía, especialmente preocupante en cuencas hidrográficas como la del Guadalquivir", explica Estanislao Arana, director académico del Foro de la Economía del Agua. Para trabajar en esta conservación, Arana establece como prioridades "la planificación hídrica, el incremento del conocimiento cuantitativo y cualitativo del estado de las aguas y la inversión en tecnologías de recuperación, como las de infiltración de agua mejorada". En cuanto a la planificación hidrológica, es un instrumento esencial para la conservación de los acuíferos, "ya que permite armonizar la atención a la demanda de agua y el cumplimiento de los objetivos ambientales", explica Estanislao Arana.
Las tecnologías conservación de aguas subterráneas, entre las que destaca la recarga de acuíferos, tienen una doble ventaja, ya que "permiten la infiltración de agua en el subsuelo durante periodos de lluvias y la recuperación de esos recursos en periodos de sequía", explica Carlos Mario Gómez, miembro del comité académico del Foro de la Economía del Agua. "Algunos proyectos ya en marcha han demostrado la viabilidad de inyectar agua mejorada en los acuíferos, lo que influye positivamente en la sostenibilidad ambiental y el equilibrio hídrico", añade el experto.
Otro elemento fundamental para la conservación de los acuíferos, en el que la tecnología tiene un papel fundamental, es el acceso a la información sobre el estado cuantitativo y cualitativo de las aguas subterráneas. "Para tomar las decisiones adecuadas en gestión hídrica, que abarca las aguas exteriores y subterráneas, es fundamental contar con suficiente información", apunta Estanislao Arana. "Y para ello, es necesario invertir en sistemas de monitoreo y apostar por el desarrollo de soluciones de inteligencia artificial aplicadas al agua", concluye.