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Expertos en gestión hídrica europeos y americanos han apelado a la mejora de la gobernanza y a la búsqueda de nuevas fuentes de agua para hacer frente a la crisis hídrica mundial, que el cambio climático está exacerbando en los últimos años. Así ha quedado patente durante el XV Foro de la Economía del Agua, que acaba de celebrarse en Santiago de Chile en el transcurso de la II Expo Agua Santiago.
En el evento se ha puesto de manifiesto la importancia fundamental del agua para la supervi-vencia y el desarrollo social y económico de la humanidad y se ha recordado que el agua es un recurso transversal e imprescindible para la consecución de todos y cada uno de los ODS. La representante residente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo en Chile, Georgiana Braga-Orillard, destacó la importancia del agua como piedra angular del desarrollo humano y apuntó que, en la actualidad, 2.200 millones de personas no cuentan con acceso regular al agua potable y dos de cada cinco personas en el mundo no disponen de sistemas de saneamiento. La representante de Naciones Unidas destacó que “la falta de acceso al agua es uno de los indicadores de pobreza más importantes a nivel global”.
“La gestión del recurso es el centro del problema y de la solución”, explicó Georgiana Braga-Orillard, “por ello, se hace imprescindible una gobernanza efectiva desde el ángulo social, político, económico y ambiental”, añadió. En esta línea, Estanislao Arana, director académico del Foro de la Economía del Agua, apostó por la puesta en marcha de “nuevos modelos de gestión del recurso, que resuelvan el reto de garantizar agua en cantidad y calidad suficientes, atendiendo a una demanda creciente de agua, una menor disponibilidad del recurso y de una manera sostenible y ambientalmente responsable”.
Arana añadió que esta nueva gobernanza debe apoyarse también en la ciencia y en la tecnología, a través del “desarrollo de fuentes alternativas de agua, con herramientas como la reutilización y la desalación; la apuesta por caudales ecológicos que ayuden a conservar los ecosistemas; el impuso a la concienciación social, y el incremento de los recursos financieros que permitan el fortalecimiento de la administración pública a través de la colaboración público-privada”. Los elementos base de esta gobernanza del agua son, a criterio de Estanislao Arana, el carácter de dominio público de todas las aguas; la gestión integrada de cuencas; el principio de unidad de gestión y de planificación y la participación de los usuarios en la toma de decisiones.
Respecto a la búsqueda de nuevas fuentes de agua, durante el XV Foro de la Economía del Agua se expuso la importancia de las aguas subterráneas, que suponen el 99% del agua disponible del planeta. Otro elemento fundamental que se analizó fue el binomio agua-energía, es decir, cómo las fuentes de energía renovables pueden ayudar a mejorar el equilibrio hídrico y, a su vez, cómo las masas de agua pueden convertirse en “almacenes de energía renovable a través de las centrales hidroeléctricas reversibles alimentadas por fotovoltaica”, explicó Arana.
El equilibrio hídrico y las dificultades de garantizarlo en el contexto del cambio climático ha estado en el centro del debate político chileno en los últimos meses, marcados por un proceso constituyente que aún no se ha cerrado. Tal y como explica Francisco Lombardo, presidente del Foro de la Economía del Agua, “encontrar la mejor fórmula para incorporar el derecho hu-mano al agua en el ordenamiento jurídico supone un gran desafío, que no solo es legislativo: garantizar el acceso al agua precisa un abordaje desde múltiples perspectivas y la implicación de todos los agentes: gobiernos y administraciones, comunidades, academia, empresas y sociedad civil al completo”. Aunque se trata de una cuestión de enorme magnitud, el experto apuntó que Chile ha demostrado que cuenta con la “capacidad de anticiparse al duro escenario que presenta la escasez hídrica”. No obstante, “para ello es necesario un esfuerzo de consensos, de un gran pacto nacional. Para luchar contra la emergencia hídrica hacen falta todas las manos”, aseguró.
En la misma línea se expresó el ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García, que apuntó la necesidad de “implementar sistemas de gestión hídrica basados en el conocimiento, la innovación y las buenas prácticas”. El ministro destacó también que “ya no basta con disponer de los recursos, necesitamos de la academia, del sector privado y de las administraciones públicas para adaptar las competencias a los desafíos del cambio climático”.
Por su parte, Georgiana Braga-Orillard refrendó esta opinión y aseguró que el país “necesita un pacto social, donde cada actor –el gobierno, las comunidades, la sociedad al completo– tiene su rol, y debe participar para definir cuál es el valor del agua y cómo garantizar un acceso equitativo al recurso tanto ahora como para las próximas generaciones”.