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Impulsar la financiación de las infraestructuras hídricas es un paso imprescindible para lograr el ODS 6, es decir, para garantizar el acceso universal al agua y al saneamiento. Así ha quedado patente en el side event oficial que el Foro de la Economía del Agua ha celebrado en Nueva York, coincidiendo con la celebración de la Conferencia Mundial sobre el Agua de Naciones Unidas.
El evento, titulado ´Soluciones financieras para abordar los desafíos del ODS 6´, ha sido coorganizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), The Nature Conservancy y la Fundación FEMSA, con el apoyo de Corresponsables como media partner. En él se ha analizado la dimensión económica del agua y la importancia de las inversiones, especialmente en el ámbito local, para universalizar el acceso al agua limpia y al saneamiento.
“La falta de financiación para infraestructuras hídricas es una de las principales razones por las que el ODS 6 no se materializa”, ha afirmado Estanislao Arana, director académico del Foro de la Economía del Agua, que ha hecho hincapié en la necesidad de que los Objetivos de Desarrollo Sostenible “dejen de entenderse como una declaración de intenciones y pasen a convertirse en realidades tangibles”. Esta necesaria financiación tiene tres vías principales: los presupuestos de los estados, el sistema financiero y la contribución de los usuarios finales, todos ellos im-prescindibles “para garantizar la eficiencia del sistema y la protección ambiental”, añade el experto.
Kim Osborne, secretaria ejecutiva para el Desarrollo Integral de la Organización de los Estados Americanos (OEA), ha destacado la importancia de la puesta en marcha de soluciones financieras innovadoras como los fondos de agua, así como la promoción de mecanismos para incrementar la resiliencia hídrica, como la ciencia y la información basada en datos, “que mejoran el pronóstico de eventos climáticos extremos”. El objetivo de la OEA es “establecer un sistema de apoyo para ayudar a los países a gestionar mejor sus recursos hídricos”, ha explicado la experta.
La OEA, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo entre otros, está trabajando en la actualidad en la instauración del modelo de fondos de agua trasfronterizos, cuyo ejemplo más paradigmático es el plan Trifinio, un fondo de agua que abarca una extensión de 8.000 km2 y alcanza cuencas de El Salvador, Honduras y Guatemala. La secretaria ejecutiva de la OEA insistió además en la necesidad de aplicar una perspectiva holística en las inversiones, “de modo que la intervención en la comunidad abarque al sistema local al completo y así pueda avanzarse más allá de los cambios a nivel de política nacional que puedan producirse”, apuntó. “Para ello, es muy útil establecer coaliciones con el sector privado”, añadió.
Daniel Shemie, director de cuencas hidrográficas resilientes de The Nature Conservancy, recalcó la necesidad de impulsar las soluciones basadas en la naturaleza a través de la financiación. “Aunque cada vez hay más pruebas del impacto positivo de estas herramientas para me-jorar la seguridad del agua y facilitar el logro del ODS 6, solo se destina una proporción muy pequeña de las inversiones en agua y saneamiento a estas soluciones”, apuntó Shemie, cuando hay pruebas de que “mejoran la calidad del agua, regulan los flujos hídricos y mejoran la infiltración”.
Para impulsar su desarrollo, el experto sugiere “continuar trabajado en proporcionar evidencias sobre su utilidad; impulsar el trabajo coordinado de todos los actores implicados y aprovechar la voluntad política para avanzar en los proyectos”.
Los ponentes del evento han coincidido en la importancia de las alianzas para impulsar la financiación de las infraestructuras hídricas, en línea con el ODS 17 de Naciones Unidas. Estas alianzas son “la única forma de asegurar una financiación sostenible y duradera en el sector del agua”, apuntó Estanislao Arana.
Como ejemplo de la participación de la iniciativa privada en la consecución del ODS 6, Rafael Ramos Casas, director de Ingeniería y Cadena de Suministro de Coca-Cola FEMSA, expuso diversas iniciativas de financiación que la fundación ha llevado a cabo para impulsar la bús-queda de soluciones para impulsar el acceso al agua y al saneamiento, como el “bono verde”, con un financiamiento de 705 millones de dólares a través del cual se pusieron en marcha inversiones en acción climática, gestión del agua y economía circular.
Para lograr el éxito de estas intervenciones, Ramos Casas recalcó la importancia creciente de la interacción y colaboración en los distintos niveles de gobierno. “Es fundamental garantizar esta relación para conseguir proyectos exitosos que vayan más allá de la temporalidad de los gobiernos locales”, afirmó. Y para ello, “hay que incidir en la educación y la concienciación, imprescindibles para la viabilidad de los proyectos”, concluyó.