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Un estudio realizado por investigadores del Instituto de Investigación en Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la Universitat Politècnica de València (IIAMA-UPV) ha desarrollado una metodología para evaluar los riesgos derivados del cambio climático en los ecosistemas fluviales, identificando las áreas más vulnerables y el impacto sobre las especies de agua fría, los macroinvertebrados y la reducción del oxígeno disuelto en el agua.
Este es el principal resultado del artículo científico Climate change risks on mediterranean river ecosystems and adaptation measures (Spain), desarrollado por los investigadores del Grupo de Ingeniería de Recursos Hídricos, Clara Estrela Segrelles, Miguel Ángel Pérez Martín y Gabriel Gómez Martínez, y que ha sido publicado en la revista científica Water Resources Management.
El trabajo parte de la realidad de que el inequívoco calentamiento del sistema climático afectará significativamente a los ecosistemas fluviales en la región mediterránea y en toda España. De hecho, distintos escenarios predicen que la temperatura del agua aumentará entre 2,2ºC y 2,9ºC a finales de siglo en los ríos mediterráneos. Bajo esta realidad, desde el IIAMA se ha desarrollado una metodología de evaluación de riesgos que proporciona una serie de indicadores sobre la amenaza, exposición y vulnerabilidad a los impactos del cambio climático. "Los mapas de riesgo son herramientas clave para priorizar las áreas en las que se deben implementar medidas de mitigación y de este modo, mejorar la capacidad adaptativa de los ecosistemas fluviales a la reducción de sus recursos", asevera Miguel Ángel Pérez Martín.
En concreto, la investigación ha estudiado el efecto del cambio climático sobre el estado ecológico de las masas de agua a nivel nacional, aplicando la metodología en las 5017 masas de agua superficiales que componen la red hidrográfica de España. "Los resultados muestran que el aumento de temperatura provocará que las especies de aguas frías, como la trucha común, reduzcan significativamente su hábitat potencial, así como los macroinvertebrados. También puede tener efectos en los niveles de oxígeno en las aguas superficiales”, afirma Clara Estrela, investigadora del IIAMA durante su etapa doctoral.
Por este motivo, el estudio considera fundamental articular toda una serie de medidas preventivas que "mejoren la vegetación de ribera para que se generen zonas de sombreado a los ecosistemas, la creación de refugios térmicos a lo largo de las masas de agua y protección de las aguas subterráneas", indica el profesor Miguel Ángel Pérez Martín.
En cuanto a los impactos, en el corto plazo entre el 27% y 35% de las masas de agua, en función del escenario de cambio climático tomado como referencia, presentan un riesgo alto o muy alto de pérdida o reducción significativa del hábitat para las especies de aguas frías, siendo los tramos intermedios de los ríos los más afectados. En el largo plazo el impacto del cambio global incidirá entre el 55% y 80%, aumentando la superficie afectada y dividiendo los ecosistemas. En relación con la afección sobre los macroinvertebrados, en el corto plazo el cambio climático provocará que entre el 4% y 32 % de las masas de agua se encuentran en riesgo alto, mientras que en el largo plazo se incrementará oscilando entre el 83% y el 92%. "Esto significa que hay una afección en todos los tramos de los ríos: cabeceras, tramo medio y tramo bajo", explica Gabriel Gómez.
Finalmente, Clara Estrela pone en valor que la investigación ayuda a mejorar el conocimiento sobre los riesgos del cambio climático y permite a los organismos competentes de su gestión, como son las confederaciones hidrográficas, "priorizar áreas de actuación e implementar medidas que reduzcan la vulnerabilidad y puedan ser incorporadas en los distintos Planes Hidrológicos".