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Facsa, en colaboración con la Universitat Politècnica de Valencia (UPV) y la Universidad de Valladolid (UVa), investiga un innovador sistema de mantenimiento de las bombas de los pozos profundos que evitará interrupciones de suministro en centenares de municipios. Se trata del proyecto DeCoB.
Considerando toda el agua dulce del planeta en estado líquido, el agua subterránea es, a pesar de su aparente ´invisibilidad´, 30 veces más abundante que el agua superficial y representa casi el 80% de los recursos totales que se utilizan para el abastecimiento urbano. En algunas zonas, las aguas subterráneas constituyen el único recurso hídrico disponible y su sistema de extracción la clave para cubrir las necesidades de agua para los diferentes usos y favorecer el desarrollo económico de la zona en cuestión. Sin embargo, la profundidad a la que se encuentran en la mayoría de los casos las bombas sumergibles de extracción de agua dificulta su control y mantenimiento, una cuestión que expone a los municipios a un mayor riesgo de interrupción del suministro.
Para evitar este problema, el consorcio entre Facsa, UPV y UVa, liderado por la empresa de aguas, está trabajando en un nuevo proyecto de investigación vinculado a las bombas sumergibles de los pozos profundos con el fin de desarrollar una metodología de prevención que aumente la garantía de suministro de agua a la población. El proyecto DeCoB (CPP2021-008621), que cuenta con un presupuesto de 739.310,98 euros, ha sido financiado por financiado por MCIN/AEI /10.13039/501100011033 y por la Unión Europea NextGenerationEU/ PRTR.
Hasta el año 2025, el consorcio trabajará en el desarrollo de un innovador sistema que permita tanto detectar como prevenir la degradación de componentes clave del funcionamiento de las bombas sumergibles, lo que evitará, primero, el costo de reposición, y segundo, el daño secundario que causa el fallo de estos elementos y que podría derivar en la interrupción del suministro. “Prevenir el desgaste de elementos claves de las electrobombas sumergibles supone un gran impacto económico y un avance importante para asegurar el suministro a los municipios que apliquen esta metodología”, ha explicado Miguel Ortiz, subdirector del Área de Abastecimiento de Facsa, quien además ha resaltado que “ante la existencia de más de 40 millones de pozos en el mundo, una solución como esta contribuye de forma notable a una mejora en la gestión de los recursos hídricos”.
DeCoB busca el desarrollo de una metodología predictiva sobre el desgaste del cojinete axial de las bombas sumergibles y, por tanto, un fallo en la bomba, Para ello se hará uso del método desarrollado en el proyecto EMBER, que consistía en la medición, registro y análisis de parámetros eléctricos en la superficie para la detección temprana del fallo de elementos del motor sumergible. La metodología de diagnóstico desarrollada se aplicará automáticamente a los parámetros registrados por el sistema de monitorización. Otro reto de este proyecto es el diseño e implementación de un sistema de monitorización asequible, robusto, fiable y automático (ya existen sistemas para monitorizar instalaciones, pero el objetivo es mejorar estos sistemas reduciendo significativamente los costes en al menos un 50%).
El consorcio entre Facsa, UPV y UVa (ambas universidades a través de sus correspondientes Departamentos de Ingeniería Eléctrica) está constituido por un equipo multidisciplinar, con conocimientos en muy diferentes campos: desde el diagnóstico y monitorización de motores de inducción, la simulación y el análisis de sus señales, hasta la operación y mantenimiento de instalaciones de agua y, finalmente, el diseño de dispositivos de monitorización. El consorcio cuenta con la experiencia, capacidades e instalaciones para, a través de la sinergia adecuada, alcanzar estos retos multidisciplinares.