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El tratamiento de las aguas residuales es vital para que se pueda mantener un buen equilibro en el medio ambiente y perpetuar el ciclo del agua. Con estos protocolos es posible un acceso mayor al agua potable y protegerse de posibles problemas de salud derivados del consumo de componentes tóxicos. Además, se minimizan los costes energéticos y se reduce la contaminación ambiental.
Las aguas residuales no son otra cosa que las empleadas previamente para el uso doméstico o industrial. Una vez aplicadas en estos entornos, van a estar contaminadas con diferentes residuos o sustancias químicas. Después de un óptimo tratamiento se pueden reutilizar como aguas potables mientras se evita que puedan contaminar el medioambiente.
Hay diferentes tratamientos y procesos para hacer esto de una forma efectiva. En la actualidad, destaca el uso de las nanopartículas de hierro para potenciar el mantenimiento de las aguas y su optimización. Este sistema que se sirve de la digestión anaerobia permite reducir los costes y obtener resultados altamente eficientes. Además, aporta a la economía circular y puede ser muy respetuoso con el medio ambiente.
Las nanopartículas de hierro son partículas de hierro con tamaños tan pequeños que solo es posible medirlas con la ayuda de herramientas especializadas como el nanómetro. La cualidad que nos ofrecen gracias a esto es que pueden abarcar una superficie mucho mayor con una cantidad considerablemente más reducida de hierro.
Diferentes expertos han indagado en su sintetización a lo largo de los últimos años y algunos han encontrado soluciones interesantes y eficientes para ello. En la empresa especializada Calpech lo hacen aplicando la tecnología patentada de carbonización hidrotermal. Se trata de un proceso que las encapsula en carbono y que permite obtenerlas de una forma mucho más respetuosa con el medioambiente y sin crear residuos contaminantes. Gracias a esto es posible sacar partido de ellas en el tratamiento de aguas residuales sin riesgos y potenciando la economía circular, la sostenibilidad y el cuidado por el entorno.
Las mencionadas nanopartículas de hierro encapsuladas en carbono son capaces de mejorar la generación de biogás y su calidad durante el proceso de digestión anaerobia. Lo hacen relacionándose con el ácido sulfhídrico que se produce durante el periodo de digestión, evitando la intoxicación del digestor y optimizando la calidad del resultado.
Su aplicación es posible en vertederos, en las depuradoras de aguas residuales o directamente en plantas de biogás. Todo ello se emplea aprovechando su capacidad para eliminar el ácido sulfhídrico hasta en un 90%, el gas tóxico que se genera durante el proceso natural de digestión anaerobia. Con ello, se minimiza el impacto negativo de su utilización sin renunciar a la efectividad del mismo.
De esta forma se convierten en una suerte de solución para la vaporización energética del biogás en el contexto de los digestores anaerobios, dando lugar a un protocolo que reduce considerablemente los costes asociados y capaz de alargar la vida del motor de combustión., Contribuye a una economía sostenible mientras se mejora el tratamiento.