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La transición ecológica en el sector hídrico es una necesidad urgente, debido a la actual situación de crisis y las previsiones de que esta empeore por los efectos cada vez más graves del cambio climático. Así lo ha dejado patente Estanislao Arana, director académico del Foro de la Economía del Agua, en su intervención en el II Congreso ICON·S España, que se ha celebrado en Madrid.
El evento ICON·S, que tiene como tema principal ´Las transiciones pendientes: social, digital y ecológica´, ha contado con la participación de Arana en la mesa dedicada a la transición ecológica, donde ha compartido debate con Itziar Gómez Fernández, profesora Titular de Derecho Constitucional de la Universidad Carlos III de Madrid y letrada del Tribunal Constitucional; Breno Bringel, Investigador Sénior del Programa Talento Investigador de la Comunidad de Madrid y Carmen Plaza Martín, profesora Titular de Derecho Administrativo, Universidad Complutense de Madrid.
Arana ha calificado la transición ecológica como “una necesidad urgente y también una oportunidad”, ya que pretende “reorientar el modelo económico para modernizar los procesos de producción y mejorar la cohesión social y territorial”. Por lo que respecta al agua, el director académico del Foro de la Economía del Agua ha recalcado que “no podemos seguir consumiendo agua ni gestionándola como lo hacíamos antes. Debemos aplicar la economía circular como paradigma para adaptar la gestión hídrica al cambio climático”.
La inclusión del concepto de transición ecológica dentro del ordenamiento jurídico fue una de las cuestiones que se planteó durante la jornada. Estanislao Arana aclaró que no hay ninguna “norma de derecho positivo en España que recoja este concepto, aún en desarrollo”, y abogó por vincularlo al derecho intergeneracional, es decir, “al derecho de las generaciones futuras a contar con suficientes garantías ambientales, económicas y financieras para su supervivencia”.
Por lo que respecta a la gestión del agua, la aplicación de la transición ecológica se basa en llevar la economía circular a su máxima expresión, a través de “dos grandes pilares: aumentar la disponibilidad del agua y economizar al máximo el recurso”, explicó Arana. Para aumentar la disponibilidad, “contamos ya con tecnologías avanzadas, y cada vez menos intensivas en el uso de energía, para reutilización del agua y la desalinización”, apuntó. La reutilización, una práctica en la que España se sitúa entre los primeros países del mundo, es “uno de los mejores ejemplos de economía circular, ya que permite convertir el residuo en recurso y ahorrar una gran cantidad de agua de primer uso en aplicaciones como la agricultura, el riego de jardines o usos industriales”, añadió.
Por otra parte, para economizar al máximo el consumo de agua, “también resulta fundamental el aumento de las inversiones en infraestructuras para, entre otras cosas, prevenir pérdidas”. Para este objetivo es necesario “el esfuerzo de todos, no solo de los estados, necesitamos la implicación del sector público, el sector privado y los usuarios. En este sentido, parecería razonable la necesidad de actualizar las tarifas sobre el agua adecuándolas a la realidad del coste de los servicios”, concluyó Arana.