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Un estudio becado por la Cátedra Aguas de Valencia aborda diferentes alternativas de operación y tratamiento, como la implantación de un programa de purgas, para continuar garantizando una calidad del agua en las mejores condiciones para el consumidor de la ciudad de València. Se trata del Trabajo Final de Máster de Christiand Olortegui Artica ´Estudio de distintas estrategias para la mejora de la calidad del agua en la red de agua potable de la ciudad de Valencia mediante un programa de purgas, dirigido por el profesor de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), Francisco Javier Martínez, y la técnica de Global Omnium, Carmen Sánchez Briones.
La investigación parte de la realidad de que el acceso al agua potable en cantidad y calidad aceptable es uno de los derechos reconocidos por la ONU y la OMS. De hecho, está explícitamente recogido en el ODS 6, ´Agua Limpia y Saneamiento´, y si bien en la Unión Europea este objetivo se considera alcanzado, en algunos casos han habido problemas relacionados con la calidad del agua, vinculados mayoritariamente con la implantación de sistema de control de fugas y la aparición de ramales sin salida en los que el agua puede permanecer largo tiempo sin apenas movimiento.
“En la actualidad se busca garantizar la calidad del agua para el consumidor manteniendo una dosis residual de desinfectante, realizándose tradicionalmente con la inyección en cabecera de la red de distribución de agua potable. Sin embargo, los altos tiempos de residencia del agua en estas zonas favorece a la desaparición del desinfectante, la formación de subproductos de la desinfección y el crecimiento de biopelícula”, afirma Christiand Olortegui Artica, autor principal del estudio.
Para prevenir este problema, se suelen aplicar medidas operativas como incrementar dicha cantidad e incluir estaciones de desinfección de refuerzo en la red, o bien combinar las técnicas anteriores con programas de lavado de tuberías. En este contexto, el trabajo aborda una serie de estrategias que permitan mejorar la calidad del agua potable en los puntos de consumo, utilizando como antecedente un estudio reciente para mejorar las propiedades organolépticas del agua potable desarrollado en el sector de Safranar de la ciudad de València. “Una alternativa operativa para mejorar la calidad del agua potable puede ser implementar un programa de purgas, ya que no generan subproductos y no representan un riesgo. Sin embargo, deben realizarse con el menor consumo de agua posible, dada la actual coyuntura de sequía”, señala el estudiante becado por la Cátedra Aguas de Valencia.
Por ello, el estudio evalúa la viabilidad de gestionar un programa de purgas empleando alternativamente los hidrantes de incendio o los puntos de desagüe de la red. “La apertura y cierre de estos puntos de purga responde a un programa que se ha desarrollado de forma exhaustiva para minimizar el volumen de agua empleado en las operaciones y, de este modo, mejorar la calidad del agua en la red”, indica Christiand Olortegui.
De hecho, en el presente estudio se han obtenido resultados reveladores al implementar cuatro algoritmos de búsqueda con el propósito de abordar preguntas cruciales acerca de las prácticas de operación de purgas. Interrogantes fundamentales, tales como cuándo llevar a cabo purgas, en qué momentos, y en qué magnitudes, han sido meticulosamente examinadas. “Los hallazgos demuestran que la utilización de volúmenes de purgas, representativos del 1 o 2% de los volúmenes inyectados, constituye una estrategia eficaz”, destaca el autor del estudio.
En este sentido, el estudio contempla las recomendaciones establecidas en el Real Decreto 03/2023, que sugiere niveles mínimos de cloro libre residual, cuya perspectiva no solo optimiza la eficiencia de los procedimientos de purificación, sino que también garantiza la adhesión rigurosa a las normativas vigentes. Además, “la presente investigación promete impulsar significativamente la gestión de la operación de las purgas en sistemas de abastecimiento urbano, ofreciendo una perspectiva más sólida y fundamentada para los operadores del sistema, y contribuyendo a la optimización de los procesos bajo las directrices normativas pertinentes”, indica Christiand Olortegui.
Finalmente, el estudiante becado por la Cátedra Aguas de Valencia pone en valor que este tipo de medidas favorecen la reutilización del agua purgada para otros usos, “como por ejemplo instalación de fuentes bebedero, el riego de jardines o limpieza de calles”, además de erigirse como una alternativa “de bajo costo operacional que disminuye el riesgo a la salud pública”, concluye.