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En el marco del Día Internacional de la Mujer, celebrado por Naciones Unidas cada 8 de marzo, el Foro de la Economía del Agua hace un llamamiento al impulso de las inversiones para atajar la brecha hídrica, que está íntimamente relacionada con la de género, así como a trabajar por la incorporación de las mujeres a la gobernanza del agua.
El agua es un derecho humano y un valor transversal en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, imprescindible para la producción de alimentos y energía, para sustentar el crecimiento económico sostenible y para lograr la igualdad de género y empoderar a las mujeres y los niños.
Para poder minimizar la brecha hídrica es necesario multiplicar por cuatro los recursos financieros que se dedican y sobre todo superar las barreras para el acceso a la financiación y mejorar la eficacia del gasto, según cita Naciones Unidas en su último informe sobre el ODS6. Además, la organización estima que se requiere una inversión de unos 114.000 millones de dólares al año, mientras que en este momento no se llega a invertir más que unos 30.000 millones de dólares. Las principales necesidades de inversión siguen siendo en servicios básicos de saneamiento que requerirían un 60% de los fondos totales.
Ante este escenario y haciendo suyo el lema de este año, ´Financiar los derechos de las mujeres: acelerar la igualdad´, el Foro de la Economía del Agua quiere hacer hincapié en la importancia que tiene para las mujeres que se garantice el derecho humano al agua y al saneamiento, lo que requiere un impulso a las inversiones y la colaboración para ello de todos los agentes implicados. “En pleno siglo XXI, hablar de brecha de género sigue siendo hablar de brecha hídrica”, asegura el presidente del Foro de la Economía del Agua, Francisco Lombardo, quien tiene claro que en estos momentos clave es “necesario redoblar los esfuerzos y poner en marcha un financiamiento transformador para que los progresos en materia de agua y saneamiento contribuyan a la igualdad de género”.
Además, el Foro de la Economía del Agua destaca el papel de las mujeres y las niñas para acelerar el progreso hacia la consecución del ODS6 y su importancia no solo como beneficiarias, sino como verdaderos agentes del cambio. “Agua y mujer son un binomio indivisible. Sin agua limpia y segura, las mujeres no alcanzan su desarrollo en plenitud y sin la mujer en la gobernanza del agua no es posible avanzar en sostenibilidad” afirma la directora de Estrategia del Foro de la Economía del Agua, Lucía Pires.
Según datos de la OMS, en siete de cada de cada diez hogares del mundo, las mujeres y las niñas son las principales responsables de la recolección de agua, una tarea a la que las mujeres dedican aproximadamente 200 millones de horas cada día en términos globales. Un tiempo que limita la asistencia a la escuela de las niñas, así como su acceso a la educación superior y a futuras opciones profesionales.
Las mujeres son esenciales en los sectores intensivos en el uso del agua como la agricultura y ocupan un papel preponderante en la recolección de agua y en la conservación de las fuentes hídricas, algo que no se corresponde con su escaso papel en la toma de decisiones sobre el recurso. Por ello, “en días como hoy hay que poner el foco en la necesaria integración de las mujeres en la gobernanza del agua, otro de los desafíos pendientes que no admiten más demora”, explica Pires.
El informe de la OMS señala que las mujeres y las niñas mayores de 15 años son mayoritariamente las encargadas de recoger agua en 7 de cada 10 hogares, frente a 3 de cada 10 hogares en el caso de los varones. Las niñas menores de 15 años (7%) también tienen más probabilidades que los niños menores de 15 años (4%) de tener que ir a recoger agua.
A nivel global, cada año 1,4 millones de personas mueren por falta de agua, saneamiento e higiene inadecuada. Las mujeres y las niñas no solo se enfrentan a enfermedades infecciosas por falta de agua, saneamiento e higiene, como diarrea o infecciones respiratorias agudas; también corren riesgos adicionales para su salud porque son vulnerables al acoso, la violencia y las lesiones cuando tienen que salir del hogar para transportar agua o simplemente para usar el inodoro.
“Es necesario redoblar el esfuerzo para que los progresos en materia de agua y saneamiento contribuyan a la igualdad”, afirma Francisco Lombardo. “Una plena igualdad entre hombres y mujeres necesita agua. La sostenibilidad del planeta y el derecho de las próximas generaciones al futuro y a vivir en un planeta habitable no podrá lograse sin esta igualdad”.