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La combinación de la escasez de agua con la contaminación del agua disponible plantea retos importantes para la administración y la sociedad. Este problema se agrava en las zonas rurales, que tienen un acceso limitado a los servicios de gestión del agua. La agricultura moderna y las prácticas productivas de la ganadería intensiva contribuyen de forma significativa a la contaminación del agua por nitratos. Ello implica una necesidad urgente de desarrollar soluciones sostenibles descentralizadas, tal y como apunta esta investigación de Lequia.
Esta tesis doctoral se focaliza en la eliminación de nitratos por medio de la electro-biorremediación del agua, una tecnología que aprovecha la capacidad de algunos microorganismos para intercambiar electrones con un material sólido. Así, el nitrato se reduce a dinitrógeno gas (que es inocuo) utilizando un cátodo como dador de electrones. Este proceso innovador elimina la necesidad de añadir productos químicos al agua como agentes reductores, una práctica habitual en tratamientos convencionales, y evita así la generación de residuos. Además, la energía requerida es mínima.
Alba Ceballos-Escalera ha investigado el desarrollo de procesos de electro-biorremediación para la eliminación de nitrato a distintas escalas. El trabajo experimental se inició en el laboratorio y concluyó con el tratamiento de agua subterránea contaminada en una planta piloto ubicada en Navata (Alt Empordà). Los principales resultados son:
Estos resultados constituyen un paso significativo para aprovechar el potencial de la electro- biorremediación para tratar la contaminación de aguas subterráneas por nitratos, y demuestran su sostenibilidad ambiental y competitividad económica. Además, se ha probado que la tecnología es suficientemente versátil para tratar distintos contaminantes como el arsenito y los patógenos. Se abre, pues, una vía para continuar realizando I+D que culmine con la implementación de la tecnología a escala real y su comercialización.
La tesis fue dirigida por los doctores Sebastià Puig, Maria Dolors Balaguer y Narcís Pous, del Laboratorio de Ingeniería Química y Ambiental de la Universitat de Girona (Lequia).