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Toro Equipment presenta su nueva gama Anaconda FRL, un equipo de flotación por aire disuelto (DAF) para grandes caudales fabricado íntegramente en fibra de vidrio. Este nuevo sistema de flotación por aire disuelto permite tratar efluentes hasta de 600 m³/h.
Toro Equipment ha diseñado este nuevo equipo de flotación íntegramente en fibra de vidrio con el fin de obtener mejores propiedades físicas y mecánicas y optimizar los procesos de fabricación y montaje en destino. En la nueva gama Anaconda FRL de flotación por aire disuelto las piezas de acero han sido suprimidas y se han instalado otras en fibra de vidrio con un nuevo diseño adaptado a sus propiedades. Partes fundamentales como la estructura, la pasarela o la escalera -antes construidas en acero- han sido fabricadas en PRFV con la consecuente mejora en plazos de entrega y durabilidad.
Con esta nueva gama de flotadores por aire disuelto construida íntegramente en fibra de vidrio, Toro Equipment reduce plazos de fabricación, tiempos de entrega y se consolida definitivamente como un fabricante referente de equipos para el tratamiento de aguas en ambientes agresivos o salinos hostiles con la mayoría de materiales. El transporte del Anaconda FRL se puede realizar mediante contenedores marítimos. Su ligereza y facilidad de instalación permiten una puesta en marcha sencilla independientemente del lugar en el que se tenga que llevar a cabo la implantación.
PRFV, la alternativa
El desarrollo tecnológico y la evolución de los materiales han traído consigo una reducción de los costes asociados a los procesos de fabricación. La automatización de dichos procesos ha permitido que el PRFV -plástico reforzado con fibra de vidrio o GRP por sus siglas en inglés (glass fiber reinforced polymer)- se convierta en una alternativa viable económicamente. Sus propiedades y sus características -químicas y mecánicas- favorecen la durabilidad de ciertas piezas y la resistencia a numerosas variables.
Hasta hace poco, el PRFV había sido empleado casi exclusivamente en estructuras secundarias o con formas inusuales. Sin embargo, las nuevas corrientes de arquitectura adoptaron el este tipo de composite como material principal para crear formas complejas. Su capacidad para moldearse y su ligereza lo convierten en un material óptimo para la construcción de estructuras modernistas. A pesar del carácter artístico con el que comenzó en el campo de la construcción, el desarrollo tecnológico ha permitido su consolidación como una de las mejores soluciones en ambientes agresivos.
PRFV y tratamiento de aguas
En el ámbito del tratamiento de aguas y residuos, esta evolución ha supuesto un paso de gigante para combatir constantes como la corrosión, la oxidación o la incrustación que a menudo ocasionan problemas en la fiabilidad general de la planta. Muchos de estos problemas están asociados a los materiales utilizados tradicionalmente en la construcción de plantas depuradoras o de los equipos que las conforman. El acero y el hormigón armado juegan cada vez con más desventaja ante los desarrollos que experimenta el PRFV, los cuales mejoran su calidad, su durabilidad, su precio y, por consiguiente, su competitividad.
Dentro de las plantas de tratamiento de aguas, ya sean potables o residuales, industriales o urbanas, es cada vez más frecuente encontrar numerosas piezas fabricadas en fibra de vidrio, depósitos de almacenamiento, bridas, conexiones, soportes, lamelas… La resistencia del PRFV a los ácidos (lixiviados, minería), a la salinidad (agua de mar, industria conservera), a los halógenos -comunes en potabilización- (flúor, cloro, yodo) lo convierten en un material idóneo para todo tipo de piezas que están en contacto constante con el líquido a tratar o que se encuentran en ambientes agresivos para otros materiales.